Valentina Sur y su pasado como colonia rural
Valentina Sur hoy es uno de los barrios más grandes de la capital de Neuquén. A principios de siglo pasado había nacido como una colonia rural.
Uno de los barrios más grandes de la ciudad de Neuquén, Valentina Sur, hoy repleto de loteos privados, alguna vez tuvo una gran cantidad de chacras frutícolas y una población de trabajadores dedicados a la vida rural. Cuenta la historia que hacia 1882, luego de la Campaña Militar comandada por el General Roca, el Ministerio del Interior de la Nación, remató las tierras ubicadas en la confluencia de los ríos Neuquén y Limay. A partir de allí, dos terratenientes de Buenos Aires adquirieron 2.316 hectáreas que luego se las transfirieron al agrimensor Jorge Duclout y a su señora Valentina Brun de Duclout que, según diferentes versiones, también se la menciona como Valentina Brown de Duclout.
Hacia 1911 el militar italiano Don José Fava, que se cree era apoderado de Jorge Duclout, y que vivía en Neuquén desde 1904, adquirió esos lotes por su potencial para la agricultura. Estas tierras las entregó a diferentes agricultores, mientras el se hacía cargo de las obras de riego y permitió que éstos las vayan pagando en cuotas. La mayoría de las parcelas de la zona tenían entre 5 a 10 hectáreas, cercanas al río Limay en el límite con lo que hoy se conoce como Balsa Las Perlas, Río Negro. El límite de Valentina Sur eran las vías del Ferrocarril y una extensión hacia el Oeste de unos cuatro kilómetros. Todo comenzaba a ponerse verde, con el desarrollo de la puesta en producción de las tierras bajo riego.
Los recuerdos de un pionero
Carlos “el gacuho” Agúndez, el histórico locutor y conductor de Neuquén, proviene de una familia que se dedicaba a la Educación. Sus padres habían llegado a la zona en la década del 40 y se radicaron en la Colonia Valentina, donde daban clases en la escuela 101, una de las escuelas rurales de la zona fundada en 1925. “Valentina en su momento llegaba hasta lo que es canal V, que es un canal que atraviesa desde la barda hasta la costa, toda la colonia, esto alimentaba de agua a las poblaciones aledañas y a las chacras”, explica el gaucho Agúndez.
También recuerda que entre los terratenientes de la zona estaba la residencia de Don Arsenio Bernardo Martín que fue un pionero español, Procurado y actor clave de la fundación de la ciudad neuquina, donde ahora está La Castellana, y que después paso a manos de los Lozano, dueños de una histórica panadería. “Hubo una inmigración en los años 50 y vino muchísima gente, españoles como los Lozano o los Periz, y los Lozano fueron primero a la chacra de don Marcelo Arando que era una chacra tipo estancia bastante grande y era una persona muy conocida, ellos estaban en el límite entre Plottier y Colonia Valentina” recuerda.
Antes de la fruticultura, las tierras fértiles de esa zona se usaban para la ganadería y forrajes, pero con la concreción de las obras de riego hacia 1908 todo se potenció, y las plantaciones de frutales no se hicieron esperar. Carlos Agúndez también nombra como importantes a la familia Riba que eran varios hermanos y como lugar emblemático del barrio la chacra de Eduardo Talero y su famosa Torre, aun en pie sobre calle Lanín.
Los Peter era otra de las familias que se estableció en el límite con Canal V y ahí tenían su producción y hasta tenían vacas lecheras. También recuerda la importancia de la bodega Relmú y sus vinos de mesa que se encontraban en todo el mercado regional. “Hace 50 años atrás era un emporio. La bodega estaba en San Martin al 7000 y después en el límite con Plottier estaba la Cooperativa frutícola, cuando era la época de la cosecha era un ir y venir de carros y camiones”, asegura Carlos quien recuerda que todo el mundo era socio de dicha cooperativa porque se entregaba ahí la fruta para ser comercializada en los mercados.
La colonia Valentina antes era una sola, y hoy está dividida entre norte y sur. Para esa época también se destaca la familia de Efraín Buchiníz, en la parte Norte, quien fue uno de los grandes opositores a la Ordenanza que permitió los loteos privados. Recién en el año 1952 cuando se hizo la ruta 22 se generó una división. Había equipos de fútbol y se armaban partidos entre los del río y los de la barda, aunque a esa altura de la historia todos todavía seguían siendo chacareros.
La gran transformación de Valentina Sur
Carlos Agundez recuerda que el cambio comenzó en la década del 70, ya que según sus recuerdos hasta finales de 1960 aun había muchas chacras en producción. No había asfalto, todas las calles del barrio eran de tierra. Para aquella década la población de la Colonia Valentina eran mayormente peones rurales. Por diferentes factores, como el gran crecimiento de habitantes que vivía y aun vive la capital de Neuquén, la búsqueda de nuevos rumbos laborales hacia otras actividades alternativas a las rurales, y la eterna crisis de la fruticultura, llevaron a muchos propietarios a abandonar las chacras y, en muchos casos a lotearlas para constituir nuevos barrios de viviendas. La especulación inmobiliaria en las últimas décadas terminó por cerrar las tranqueras de las pocas explotaciones que todavía quedaban.
A partir del año 2000, diferentes Ordenanzas comenzaron a permitir la urbanización de Valentina Sur y Norte, hecho que generó controversia, con el rechazo de algunos y el apoyo de otros. A pesar de ello, el cambio fue inevitable y hoy la zona rural de la vieja Colonia Valentina está repleta de loteos, abiertos y cerrados. Juan José Ferri, fue uno de los impulsores de los loteos en la zona, con la construcción del barrio Talzauber, donde antes había una plantación de frambuesas. El mismo recuerda a la familia Urbanich, creadores de Costa Nogal, y que antes era una chacra de producción de manzanas. “Se hartó de los robos” recuerda Ferri. Lo mismo pasó con las chacras de los Rodríguez, cuyas explotaciones aún están aunque totalmente abandonadas.
Lo cierto es que la transformación del barrio se acrecienta con el tiempo y solo quedan algunos vestigios del pasado rural de la Colonia Valentina; aun se dejan ver en las alamedas, los viejos canales de riego y en la memoria de aquellos vecinos pioneros que no olvidan sus recuerdos ligados a la ruralidad del barrio.
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