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Barrera sanitaria: entretelones del retroceso (parcial) de la motosierra de Milei

Se abrió la discusión política, con plazo de 90 días, para definir el futuro de la barrera sanitaria. Desde el SENASA aseguran que la resolución está vigente.

Detrás de la medida (suspendida por 90 días menos 8 horas después de haber sido publicada), de levantar la barrera sanitaria, existieron operaciones políticas de tal magnitud que condicionaron –incluso-, el respaldo parlamentario al acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este miércoles el gobierno nacional espera que, en la sesión que trabajosamente lograron convocar con apoyo de la bancada del PRO, obtenga su aval el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), firmado por el Presidente Javier Milei, por el cual se aceptan las condiciones de un nuevo acuerdo con esa entidad, que destrabará fondos frescos a la actual administración. Y de golpe, la iniciativa, corrió peligro de perder valiosos apoyos de los representantes del sur del río Colorado.

Las alarmas comenzaron a sonar de madrugada, cuando la Resolución N°180/2025 del SENASA fue publicada en el Boletín Oficial. De todos los datos que cruzaron los dirigentes ruralistas durante la reunión sostenida a las 8 de la mañana, hubo uno de fuerte peso político: “Lo que pasa es que el Gobierno Nacional necesita los votos de los Diputados Nacionales de La Pampa, que responden al Gobernador (Sergio) Ziliotto para aprobar el DNU por el acuerdo con el Fondo”. Así, los ganaderos de Río Negro sospechaban de un “negocio” político por el cual, la administración Milei, estaría entregando la barrera a cambio de eso votos. Las miradas se posaron sobre los representantes pampeanos en la Cámara Baja de origen peronista: Varinia “Lichi” Marín y Ariel Rauschenberger.

Esa era la única explicación convincente que encontraban los dirigentes rionegrinos del campo, “porque hace una semana (en Nación), nos negaron que fueran a tocar la barrera”, dijo un experimentado ruralista, quien además es asesor de emprendimientos productivos. Vale recordar que, por los cambios que se están llevando adelante en la administración de esa barrera (tanto para productos cárnicos, como para los de origen vegetal), el trato de las entidades del campo de la Patagonia con los funcionarios del SENASA, es de frecuencia semanal.

Sobre las 10,30 de la mañana, fuentes parlamentarias que se cruzaron al diputado nacional por Río Negro, Agustín Domingo (JSRN), confiaron que estaba más temperamental que de costumbre y que amenazaba a quien quiera oírlo: “No sé qué cuenta hicieron (para la sesión del DNU por el FMI), pero conmigo pierden un voto si no dan marcha atrás”. Aún las reuniones de los Gobernadores se estaban desarrollando.

Domingo llamó a su par de Neuquén, Osvaldo Llancafilo (MPN), pero este no respondía porque estaba en vuelo. Al descender, en contacto con +P, hizo una declaración formal mostrando cautela: "No hay que mezclar las cosas. En principio el DNU tiene un trabajo previo. Veremos hoy (por ayer) en la comisión bicameral a los expositores y el tratamiento”.

Sabido es que la gestión Milei no se caracteriza por tener matices: es motosierra o nada. Por eso los Gobernadores jugaron fuerte: Alberto Weretilneck habló con el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y Rolando Figueroa aprovechó un cara a cara con el Ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo para pedir la suspensión de la medida.

Esto permitió abrir una puerta para el debate político sobre el futuro de la barrera, pero con fecha de cierre a los 90 días. Fuentes de Economía de Nación aseguran que esto no es "una marcha atrás sobre lo actuado". Es más, desde el SENASA señalaron, tras enterarse de este impasse por 90 días, que la medida sigue vigente tal fue publicada en el Boletín Oficial. "No hay ninguna suspensión. Para frenar la resolución 180/25 tiene que haber otra que disponga puntualmente estos cambios...y no la hay", destacaron con firmeza autoridades del organismo sanitario al ser consultados por +P.

Volviendo al plano político, si bien nadie admite en público que sobre la mesa se jugó la carta del voto en favor o en contra del acuerdo con el FMI, una vez lograda la suspensión de la medida, y yendo una vez más a las fuentes del Congreso, comentaron: “era La Pampa contra toda la Patagonia”. La Rosada ya había retrocedido.

Por el lado del Diputado Nacional Pablo Cervi, un ‘radical con peluca’, optó por el silencio. Nada puso en sus redes sociales sobre el tema. Solo una foto frente al Cabildo. Allegados al también empresario, comentaron: “es un tema que manejó la provincia, así que pagarán ellos el costo”.

Después de la reunión de la Federación de Sociedades Rurales, uno de los participantes puso la mira en el problema: “Para ellos, los grandes frigoríficos que exportan, el asado es un desperdicio”. Desde Luis Beltrán, el gerente del frigorífico municipal, Darío Vázquez, expuso la otra cara del problema: La comercial. “¿Y porque no ponen ahora el vacío a 12 mil pesos?”, acotó luego de recordar que más del 50% de la carne sin hueso que se vende al sur de la barrera viene de La Pampa. “Te juego un asado que ponen unas ofertas al principio y después vuelven a los precios de siempre”, bromeó esta mañana con uno de sus clientes.

También despertó sospechas -de la existencia de un fuerte lobby empresarial por encima de las razones sanitarias-, que el SENASA haya autorizado el ingreso de carne faenada, en bolsas, pero no el ganado en pie. Así, se beneficiarían sólo los frigoríficos de La Pampa, pero no los ganaderos. “Es un poco raro”, dijo el empresario.

Vázquez señaló los posibles efectos en la industria frigorífica del levantamiento de la barrera: “Hoy nosotros faenamos entre 250 y 270 animales. Y tenemos 100 empleados. Si abren la barrera, y se nos cae la faena sólo en 50 cabezas al día, eso sería terrible… ¡Sería un desastre!”, en cuanto a la posibilidad de cubrir los costos fijos.

Por otro lado, distintos actores de la cadena, se han endeudado para apostar al abastecimiento de carne. “Acá, en Valle Medio, mucho chacarero se está reconvirtiendo. Compró herramientas: tractores, ensiladoras. Y se han endeudado”. En el caso del frigorífico que administra, “estamos planificando ampliar la capacidad de faena en 50 animales diarios, a partir de un crédito, y esto te paraliza”. Por eso concluye que “es verdad que se puede destruir mucho de lo que se trabajó en estos 20 años”. E insiste: “ellos pueden entrar sin problema la carne sin hueso. Entonces: ¿Por qué no nos mandan ahora un vacío a 11 o 12 mil pesos el kilo?”. Detrás de todo ve “grupos económicos que defienden sus intereses individuales”.

Temores por la apertura de la barrera sanitaria

Lo cierto es que un eventual levantamiento de la barrera sanitaria, que permitiría ingresar todo tipo de carne del norte del río Colorado, actuó como una verdadera bomba de racimo, de esas que desprenden varias cargas en un amplio radio. Es que la medida puede afectar a ganaderos, frigoríficos, a las cabañas que producen genética, a la exportación de corderos, y a las ventas a Chile de toros y vaquillonas en pie. Impacta también en las inversiones de tierras bajo riego, en aquellos que piensan reconvertir chacras del Alto Valle a la producción forrajera y afecta también a toda la cadena de distribución de carnes.

La expansión de la frontera agrícola, con la incorporación de tierras a la producción mediante el riego, “perdería todo estímulo, porque hoy los proyectos de hacer maíz o alfalfa, están impulsados por la ganadería”, dijo uno de los principales inversores del rubro en la provincia. Al haber menos demanda del ganado local, por el ingreso de carne del norte de la barrera, “haría caer la demanda de forrajes”.

De todos modos, quienes cuentan con los medios financieros para disponer de asesores técnicos, adelantaron que por estas horas se encuentran “haciendo simulaciones”, para saber cómo afrontar un levantamiento de la barrera en el futuro inmediato. Otro dato que explica el efecto que la medida podría causar en algunas economías regionales: En todas las exposiciones rurales que se hicieron en Río Negro en 2024, se vendieron unos 550 reproductores, por un monto cercano a los 2.800 millones de pesos. O sea, unos 2,3 millones de dólares. “El 70% se los llevan las cabañas que llegan desde Chubut”, confiaron desde una de las rurales, en relación a la pequeña localidad de Sarmiento, al sur de Chubut. Ahora esas cabañas corren peligro de ser desplazadas por aquellas que ingresen con sus reproductores y material genético desde el norte de la barrera.

Y en el medio de todo este cambio de paradigma, con la posibilidad de que la barrera sanitaria se abra definitivamente para el ingreso de carne del norte del país, está el consumidor que espera con gran expectativa poder comprar los distintos cortes de carne a precios 50% por debajo de los que se encuentren hoy en las góndolas de la región.

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