Patagonia

Campos con maíz de 4 metros: lo que está pasando en la Patagonia

Con rendimientos de maíz que triplican la región núcleo del país, la Patagonia empieza a mostrar su potencial productivo.

Luis Bertoia es ingeniero agrónomo, asesor, y lidera la Comisión de Forrajes de Maizar, la asociación de la cadena del maíz. Sostiene que para que la producción de granos del país salga de su estancamiento, hay dos vías: aumentar el rendimiento por hectárea, para lo que sería importantísimo que se promulgue la ley de fertilizantes, y aumentar la superficie sembrada. Para esto último, sostiene, la única forma de crecer sin comprometer áreas delicadas es hacia el sur, a las zonas de la Patagonia que los mapas agrícolas no consideran. Hace unos 15 años comenzó a hacer ensayos en la zona y trabajando con los gobiernos provinciales; hoy estiman que correr la frontera agrícola para incorporar el norte de la Patagonia y el sureste de Cuyo permitiría incorporar alrededor de 1 millón de hectáreas potenciales a la producción agropecuaria, gracias, fundamentalmente, a la enorme disponibilidad de sol y de agua. Sobre estos temas conversó con +P.

- ¿Cuándo comenzó con los ensayos de maíz en la Patagonia?

- La idea comenzó hace bastante tiempo. Tuve un muy buen alumno, nacido en Río Negro, Norberto Tabaré Bassi que cuando se recibió trabajó un tiempo conmigo y hoy es subsecretario de Ganadería de Río Negro. De ahí surgió hacer ensayos en la zona de Viedma. Alrededor de 2010 o 2011, me invitaron a dar charlas sobre silaje, que es la transformación de la planta completa de maíz, no solo del grano, que era un área “en vías de desarrollo”. Y desde Maizar, empezamos a tratar de desarrollar este tema para nutrición animal. En 2013 o 2014 hicimos algunos ensayos en Río Negro , pero el grueso lo hicimos en Chubut. Hicimos toda una serie de trabajos el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación, la Asociación de Semilleros Argentinos y Maizar, en el Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh), sobre todo en Dolavon y Gaiman. Y encontramos resultados muy diversos: desde lotes que no se pudieron cosechar, hasta lotes que tuvieron un rendimiento impresionante.

- ¿De cuánto?

- Con riego, llegamos a casi triplicar los rendimientos de los buenos lotes de las clásicas zonas maiceras del país en secano. Vimos que existe una potencialidad muy importante en el VIRCh.

- ¿Y ese trabajo continúa?

- Eso quedó un poco en stand-by hasta que el anteaño pasado, con Héctor Huergo, pensamos en retomar ese trabajo. Revisé mucha información, que es diversa y varía según las fuentes. Llegamos a la conclusión de que hay una macrorregión en Patagonia, en la que se le puede incluir el centro-este de Mendoza (San Rafael y General Alvear), que tiene características excepcionales para producir maíz bajo riego, y lo presentamos en el Congreso Maizar 2024.

- ¿En qué consisten esas características?

- La amplia duración del día durante el ciclo del cultivo, alta luminosidad, alta energía, y disponibilidad de agua para riego, ya que la región está recorrida de oeste a este por los ríos Colorado, Negro y Chubut, y sus principales afluentes, y se puede incluir el sistema del Atuel. Si bien varían en caudal y calidad, estimamos alcanzarían para regar más de un millón de hectáreas. Estos es una ventaja frente al maíz en secano, que depende mucho de las lluvias y, aunque se hagan bien las cosas, no puede zafar de una sequía intensa. Otra ventaja es que prácticamente no hay plagas, por el frío. La chicharrita, por ejemplo, que fue tan dañina para el maíz en todo el país hace dos campañas, no existe en las zonas patagónicas.

- ¿El maíz reemplazaría otras producciones allí?

- En algunos lugares, esto genera mucho interés por la realidad compleja de la fruticultura, que es de larga data. Hoy, a los problemas de bajos precios y variedades poco demandadas a nivel internacional, se agrega Vaca Muerta, que por un lado absorbe mucho personal con altos salarios, lo que hace escasear la mano de obra, y por otro le generó valor inmobiliario a muchas chacras con tierras productivas cercanas al río. Por eso, una alternativa es pasar a la producción ganadera: la producción de carne de la Patagonia no alcanza a abastecer la región, donde hay ciudades muy importantes con mucha demanda, como Neuquén y el polo neuquino, Bariloche, Comodoro Rivadavia, la zona de Viedma, Esquel, y otras. Con la carne, el productor puede tener un establecimiento potencialmente rentable con mucha menos mano de obra que la fruticultura.

- ¿Cuántas hectáreas regadas hay hoy?

- Según una estimación que habíamos hecho en una presentación, hay cerca de medio millón de hectáreas regadas, y 1 millón más potencial. Allí puede hacerse muchos cultivos, pero el maíz y las pasturas permitirían una transformación en carne. El maíz juega un rol fundamental en esto porque es el principal aporte de energía. Y la alfalfa aporta las proteínas que necesita el animal, por eso la rotación maíz/alfalfa es excelente se adaptan muy bien a la Patagonia, responden muy bien al riego. Y se pueden agregar otros cultivos en rotaciones, como cebolla, ajo, cebada y otros.

Maiz Maizar
Luis Bertoia es ingeniero agrónomo, asesor, y lidera la Comisión de Forrajes de Maizar.

Luis Bertoia es ingeniero agrónomo, asesor, y lidera la Comisión de Forrajes de Maizar.

- ¿Esta decisión toma en cuenta la barrera sanitaria, aun flexibilizada, como está hoy?

- Para mí es importante mantener la barrera. Los costos de producción son mayores en la Patagonia. El riego encarece la producción con respecto al secano, y el flete también, porque gran parte de la ración se basa en granos, y la zona de producción más cercana a Río Negro, Chubut, Neuquén, es Bahía Blanca. El flete te mata. Sería mucho más lógico fomentar la producción de granos in situ. Eso incentiva una radicación de empresas y de gente. Por otro lado está el tema de los mercados externos: cualquier circunstancia les sirve a los países para impedir que ingresen productos extranjeros.

- ¿Pero siguen trabajando en Patagonia?

- Tras el Congreso Maizar de este año, adonde vinieron a exponer el subsecretario de Agricultura y Ganadería de Chubut, Mirko Schiavi, y el subsecretario de Ganadería de Río Negro, Norberto Tabaré Bassi, formamos un grupo de trabajo con las dos provincias. En Río Negro hablamos de producción de grano, por un lado, y producción de planta completa, por otro. En Chubut, para grano tienen que usarse híbridos muy cortos, que todavía no son frecuentes en el mercado.

- ¿Se están desarrollando híbridos cortos para la zona?

- No, se pueden traer directamente, hay mucho en Estados Unidos y en Europa.

- ¿Cómo serían los ciclos que se necesitan?

- Es complicado hablar de ciclo porque cada empresa le pone un número diferente, pero lo normal sería entre 115 y 120 días de madurez relativa. En Río Negro tendrían que ser ciclos de 105 a 110 para grano, para poder cosechar con 15-17% de humedad. En Chubut necesitaríamos ciclos de 85 más o menos para llegar con grano. Y a medida que bajamos más, hay más riesgos de heladas en enero, en plena floración, que puede matar la planta. El maíz, cuanto más avanzado está, más susceptible al frío. Entonces los riesgos son muy elevados, sobre todo cerca de la precordillera, donde las heladas en enero son bastante frecuentes. Lo ideal sería irse más al centro, donde hay menor probabilidad de heladas.

- Ahora, si desapareciera la barrera sanitaria, ¿sería viable la producción de carne en la Patagonia?

- Creo que sí se justifica. Porque bajarían los costos en la medida que se produzca in situ. Hoy el principal problema que tiene la Patagonia son los costos nutricionales. Y en los costos nutricionales lo principal no es el precio del alimento, sino el traslado del grano. Por otro lado, se dan situaciones bastante anómalas: la carga impositiva cambia según la provincia. Por otro lado, el maíz arrastra mucha inversión en fertilizantes, insecticidas, herbicidas, semillas, maquinaria. Todo esto transformado en carne, que es un paso más en agregado de valor, fomentaría el desarrollo también de comunidades en la Patagonia. Hay que tener en cuenta que cada hectárea bajo riego en Patagonia equivale a dos hectáreas y media de zona núcleo en secano. Seguramente en la zona núcleo bajo riego los rindes serían mayores, pero le resulta muy caro regar por dos razones: porque la provincia cobra por el uso del agua de pozo para riego, y por el costo de la energía, de la bomba y el equipo de riego. En Patagonia y Mendoza, si no regás, no cultivás: las precipitaciones promedian 300 milímetros y la mayoría son en invierno, ni siquiera cubren los ciclos de verano. Pero el riego es mucho más barato porque prácticamente no necesitas energía, en muchos casos es por gravedad desde los ríos.

- ¿A través de canales?

- Sí, el problema es que hay es una ineficiencia bastante importante en el uso del agua, porque hay mucha pérdida de agua por infiltración. Se están haciendo muchos canales de cemento, se está invirtiendo. En Choele Choel hay un desarrollo impresionante, que sigue creciendo.

- Volviendo al tema de los rendimientos, ¿Cuántos kilos se están logrando y dónde?

- En Chubut, en el VIRCh, llegamos a sacar en algunos lotes 114 toneladas de materia verde de planta completa de maíz, frente a un promedio nacional de entre 37 y 40 toneladas. Un maíz que en Buenos Aires alcanza 2 metros de altura, allí tenía casi 4 metros. En cuanto a producción de grano, no es raro llegar en promedio a 10.000 o 12.000 kilos, depende del tipo de suelo. En buenos suelos, después de un período de mejoramiento, creo que se puede llegar cómodo a los 20.000 kilos.

- Es impresionante. ¿No debería ese rendimiento en sí mismo ser un incentivo para producir?

- El problema que tienen muchos lotes en Patagonia es que para poder regar hay que sistematizar el suelo, es decir, nivelarlo con una pequeña pendiente para que corra el agua. Esto destruye los suelos: los suelos vírgenes tienen manchones buenos y manchones malos; al sistematizar, se mezclan. Hay que dejar pasar unos cuatro o cinco años con cultivos mucho más rústicos, como cebadas, centenos, o forrajeros, como agropiro, festuca, melilotus, para que el suelo quede en condiciones, con mayor cantidad de materia orgánica, es decir, que adquiera una propiedad más agrícola. Pasado ese período, el suelo ya está en condiciones de tener cultivos más exigentes como es el maíz. Es un proceso. Hay superficies de 10.000, 15.000, 20.000 hectáreas, muy infrecuentes en otras provincias agrícolas.

- Una inversión de mediano/largo plazo. ¿Y esos 4 o 5 años son a pura pérdida?

- No, los primeros cultivos son rentables también. Hemos estado en establecimientos que se manejan muy bien, con superficies bastante importantes, y tienen toda una secuencia de mejoramiento del suelo. Siempre con riego y fertilización.

Maiz maizar chubut
En Chubut se llegó a producir lotes 114 toneladas de materia verde de planta completa de maíz, frente a un promedio nacional de entre 37 y 40 toneladas.

En Chubut se llegó a producir lotes 114 toneladas de materia verde de planta completa de maíz, frente a un promedio nacional de entre 37 y 40 toneladas.

- ¿Qué obras se requieren?

- Por ejemplo, los macro canales de hormigón y los canales troncales con cemento y/o plástico para disminuir las pérdidas por infiltración, eso a veces lo tienen que hacer los gobiernos. Y llevar corriente trifásica, el tendido de redes para que los establecimientos tengan electricidad y puedan invertir en maquinaria. Los privados, por ejemplo, deben invertir en esa maquinaria, y obras de infraestructura dentro del predio, desde bombas para manejar el agua, hasta moledoras de grano, iluminación, etc. Hace falta que se articulen las instituciones: la parte pública tiene que hacer las grandes obras, y la privada tiene que hacer las micro obras que en verdad, sumadas, son una inversión mayor que las grandes. Pero tienen que ponerse de acuerdo, y después manejar bien el uso del agua.

- De estas provincias que estamos hablamos dentro de este millón potencial de hectáreas cultivables, ¿Cuál tiene más posibilidades de desarrollarse antes?

- Creo que Río Negro se lleva todas las palmas: tiene la mejor calidad de agua, el costo más bajo y un volumen muy importante. Y también en cuanto a lo impositivo.

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