Estrategias para controlar jabalíes y ciervos en la Patagonia: ¿qué se está haciendo?
La Patagonia sufre una grave invasión. Castores, jabalíes y más especies exóticas ponen en jaque ecosistemas y economías. ¿Hay solución?
La Patagonia argentina, una región de vasta biodiversidad con 18 ecorregiones variadas, desde ambientes antárticos hasta estepas y montañas, enfrenta una de las amenazas más significativas para su ecosistema: las especies exóticas invasoras (EEI). ¿Cuál es el alcance de esta problemática? ¿Cuáles son las posibles soluciones?
En la Patagonia, varios ejemplos ilustran la gravedad de esta problemática. El castor americano (Castor canadensis), introducido en 1946 en Tierra del Fuego, alcanzó una población estimada de 100.000 individuos en la Isla Grande (Argentina y Chile). Sus impactos incluyen la destrucción de árboles por anillado e inundación de bosques de Nothofagus, y la modificación de la dinámica de nutrientes del bosque. Para 2017, la presencia del castor en Tierra del Fuego representó un costo estimado de 66.5 millones de dólares, incluyendo la pérdida de valor de la tierra y la función del bosque como sumidero de carbono.
Otro ejemplo es el tamarisco (Tamarix spp.), que impacta la agricultura bajo riego en zonas áridas al consumir grandes cantidades de agua y salinizar suelos. El alga didymo (Didymosphenia geminata), introducida en ríos y lagos patagónicos, amenaza la pesca deportiva, una actividad clave para la economía regional. Las poblaciones de la mojarra desnuda (Gymnocharacinus bergii), endémica del Arroyo Valcheta en Río Negro, están afectadas por la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss).
Jabalí y ciervo, especies clave
Aquellos ejemplos son el telón de fondo del Primer Taller de Manejo de Ungulados Introducidos en Patagonia Norte: Bases para una Estrategia Regional, que se llevó a cabo hace unos días en la Estancia Fortín Chacabuco, Parque Nacional Nahuel Huapi. El taller se centró en el ciervo colorado (Cervus elaphus) y el jabalí (Sus scrofa), dos especies exóticas invasoras que han avanzado significativamente en la región, causando impactos negativos en los ecosistemas nativos, actividades productivas y salud pública.
Tal como hemos explicitado en informes anteriores, el jabalí es responsable de impactos económicos severos en varias provincias argentinas, con costos que oscilan entre 900 y casi 1400 millones de dólares anuales.
Sebastián A. Ballari, investigador del CONICET e impulsor de la actividad, junto con Gwen Hulsegge de The Nature Conservancy, lideraron el encuentro que reunió a más de veinte instituciones de Neuquén y Río Negro. Se identificaron desafíos como la necesidad de actualizar normativas provinciales y nacionales, mejorar la articulación interinstitucional, fortalecer la infraestructura sanitaria y productiva para el destino de productos derivados del manejo, y promover acciones de sensibilización y comunicación.
La problemática de la superpoblación del jabalí está en las portadas desde hace ya algún tiempo y conmocionó a los patagónicos cuando circularon en redes sociales videos en los que se veía a un puñado de animales disfrutando de los jardines del emblemático hotel Llao LLao.
Por estos días, el problema de los jabalíes circulando en ámbitos urbanos llego una vez más a las primeras planas. De hecho, se vieron videos en los que se mostraba a un ejemplar transitando por el centro de Guatraché (La Pampa).
Estrategia nacional
Argentina desarrolló la Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras (ENEEI) para enfrentar este desafío. Sergio Zalba, investigador del CONICET y especialista de la ENEEI, enfatizó que las estrategias de prevención, detección temprana y control son clave para limitar el impacto de las invasiones biológicas.
La ENEEI busca fortalecer las capacidades institucionales, los marcos regulatorios y los mecanismos de financiamiento. La prevención incluye el control de vectores y el uso de sistemas de análisis de riesgo para evaluar introducciones voluntarias. La detección temprana y acción precoz son cruciales, ya que permiten la erradicación o control con mayores posibilidades de éxito y menores costos cuando las poblaciones son pequeñas.
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