La carne sigue en aumento: el asado subió un 51 % y supera la inflación en seis meses
El asado, cada vez más lejos de las familias argentinas. En los últimos meses su precio superó con holgura el índice de inflación. ¿Por qué sube?
En los últimos meses, a contramano de lo ocurrido en 2024, la carne comenzó a marcar una clara tendencia creciente en sus precios al consumidor. Y el asado no quedó fuera de este esquema. En los últimos seis meses, su valor en góndola creció por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC), según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Es así que los datos oficiales muestran que, mientras el IPC en el semestre mencionado saltó un 17 %, el asado lo hizo a una tasa del 51 %.
Tal como se refleja en el gráfico adjunto, la cotización en góndola del tradicional producto de la familia argentina, durante marzo, volvió a ubicarse por encima del índice general. Pero esto no se dio solo con el asado, sino también con el resto de los cortes de carne, que mostraron, con distintos niveles, fuertes subas de precios durante el mes pasado. El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) informó, en base a un relevamiento propio, que marzo mostró un incremento promedio del 7,7 % en este producto, y el valor promedio quedó en 11.011 pesos por kilo, reflejando una variación anual del 60,7 %, frente a una inflación del 55,9 % para ese mismo período.
Obviamente toda estadística refleja promedios nacionales. Los valores en góndola registrados en la Patagonia se encuentran muy lejos de los mencionados y necesitan un tratamiento periodístico distinto al que se está presentando. Pero eso es para otro artículo que se publicará en los próximos días.
Volviendo al INDEC, midió incrementos para la carne del 4 % al 8,5 % durante el mes pasado. La carne picada común subió un 4 %, y quedó 0,3 puntos porcentuales por encima del IPC: pasó de 6.081 pesos por kilo en febrero a 6.325 en marzo. La paleta tuvo una variación del 7,5 %; con esto, en el mostrador alcanzó los 10.264 pesos en marzo, mientras que en febrero costaba 9.547. Por otra parte, la colita de cuadril tuvo un aumento del 8,5 %. El precio de este corte en marzo fue de 12.941 pesos, mientras que en febrero fue de 11.931 pesos. El corte de nalga en marzo aumentó un 7,1 % respecto del mes anterior: en febrero costaba 12.660 pesos, y en marzo cerró en 13.558 pesos. El asado se encareció un 4,7 %, pasando a cotizar en góndola a un promedio nacional de 10.526 pesos.
Otro dato que llamó la atención es la evolución del precio del asado medido en moneda fuerte. Con los niveles actuales de inflación, muchas veces se pierde la referencia de los aumentos reales registrados. Tomando como anclaje al dólar, el precio del kilo de asado llegó a rozar los máximos históricos —por lo menos, de los últimos cinco años— al ubicarse en 9,9 dólares por kilo, registrando una suba interanual del 36 % en moneda dura. Esto, sin dudas, reflejó el atraso cambiario que estaba sufriendo la economía argentina, corrección que se aplicó con las últimas medidas anunciadas el viernes por el ministro Luis Caputo.
En este punto, la situación de los productores era cada vez más crítica debido a la apreciación cambiaria. Argentina llegó a tener el novillo más caro de Sudamérica en los últimos meses, precisamente porque el tipo de cambio estaba planchado. Esto generó que las exportaciones ganaderas perdieran valor.
Es probable que, en el mes en curso, los datos del INDEC muestren una caída del precio del asado medido en dólares, teniendo en cuenta que se espera que la paridad cambiaria oficial —que, a partir del lunes, comenzará a flotar— se ubique más cerca de los 1.400 pesos que de los 1.000 pesos preestablecidos por Economía.
¿Por qué sube el asado?
El significativo incremento del asado —y en general de todos los cortes de carne— se debe, principalmente, a dos factores clave. El primero es la falta de oferta existente en el mercado, una situación que la actividad viene sufriendo en los últimos años. La mayor parte de los analistas coinciden en señalar que “el mercado está complicado debido a un problema de estacionalidad y falta de animales. Actualmente, hay poco novillo”.
Por otra parte, también se está dando una corrección de precios natural. Durante gran parte de 2023 y hasta el último trimestre del año pasado, los valores de la carne se encontraban muy por debajo de sus niveles históricos, y, a partir de ese momento, comenzaron a recomponerse.
El titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), Miguel Schiariti, señaló que “la escasa entrada hizo que los precios se mantuvieran firmes, con algunos valores altos que seguramente no se van a poder trasladar a la carnicería, pero hay usuarios con tarifas que prefieren no ganarle plata a esa mercadería y tenerla. Estoy hablando de novillitos livianos y alguna vaquillona en excelentes condiciones”.
El especialista aseguró que en 2024 el consumo promedio de carne vacuna llegó a 47,7 kilos por habitante, marcando una caída del 9 % respecto a 2023 y siendo el segundo registro más bajo desde que empezó la medición en 1914. Solo en 1920 se observó un nivel inferior, detalla CICCRA.
En relación con el consumo de asado y carne vacuna en general, Schiariti aseguró que “va a seguir bajando, porque con lo mismo que se compra un kilo de carne vacuna, se adquieren 3 kilos de pollo o 2 kilos de cerdo”. Esta tendencia había sido reflejada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambas entidades indicaron que Argentina se habría consolidado como el segundo país con mayor consumo de proteína animal en el mundo, solo detrás de Estados Unidos, pero, por primera vez desde que existen registros, se compró más carne de pollo que de vaca.
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