Ganadería

Merino Dohne: La raza que transforma la ganadería ovina de la Patagonia con carne y lana de élite

¿Puede una sola raza duplicar ingresos en la Patagonia ovina? El Merino Dohne combina carne de calidad y lana fina de alto valor.

La ganadería ovina patagónica atraviesa un momento decisivo. En la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Valle Inferior, en Río Negro, un programa de mejoramiento genético consolida al Merino Dohne como alternativa estratégica para productores de la región. Esta raza de doble propósito —carne y lana— ofrece soluciones concretas a los desafíos de eficiencia productiva y diversificación de ingresos en ambientes patagónicos.

Originaria de Australia y Sudáfrica, la raza Merino Dohne destaca por combinar el volumen cárnico de las razas carniceras con la calidad de fibra de las merinas tradicionales. A diferencia de la mayoría de las razas orientadas a carne, que producen lana gruesa de bajo valor comercial, el Dohne entrega lana fina cotizada en mercados internacionales y animales con excelente rendimiento en canal.

Los carneros adultos alcanzan pesos de 102 a 120 kilos a los dos años, lo que se traduce en rendimientos de 49 a 60 kilos de res al gancho. Además, la raza muestra gran adaptabilidad: en ambientes con buena disponibilidad de forraje —como los valles del Valle Inferior— su desarrollo resulta sobresaliente, pero también ofrece buenos resultados en zonas áridas siempre que disponga de pasturas adecuadas.

Otro aspecto valorado por los productores es la aptitud materna. Las ovejas Dohne destacan por su capacidad de criar y defender al cordero, característica que se manifiesta rápidamente desde la primera generación de cruza.

El contexto ovino de la Patagonia y el desafío regional

La composición racial de los rebaños patagónicos varía según la zona. En Santa Cruz predominan Corriedale y Merino, mientras que hacia el norte —incluido el Valle Inferior— reina el Merino Australiano, apreciado por su lana fina pero limitado en desarrollo cárnico. Junto a él coexiste la raza Comarqueña, de lana gruesa y buena aptitud carnicera.

El programa del INTA busca unir lo mejor de ambos mundos. “El desafío consistió en combinar buen peso al gancho con fibra de alto valor comercial, y allí aparece el Merino Dohne como solución”, explica Ciro Saber, veterinario especialista de la estación experimental.

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Carnero Merino Dohne adulto en pastizal patagónico: hasta 120 kg de peso vivo y lana fina de alto valor comercial. Foto: INTA

Carnero Merino Dohne adulto en pastizal patagónico: hasta 120 kg de peso vivo y lana fina de alto valor comercial. Foto: INTA

Absorción genética: cómo se incorpora la raza

El método empleado es la absorción genética. Consiste en cruzamientos sucesivos entre machos puros de Merino Dohne y hembras de razas locales (principalmente Merino Australiano y Comarqueña) hasta que las nuevas generaciones se aproximen al 100 % de genética Dohne.

El proceso comenzó con trasplantes de embriones puros de Merino Dohne sobre ovejas receptoras Comarqueña, generando los primeros animales puros. Paralelamente, se incorporaron hembras Merino Australiano de alta calidad genética para iniciar la absorción con machos Dohne.

El esquema avanza por generaciones:

  • Primera cruza: 50 % Dohne
  • Segunda cruza: 75 % Dohne
  • Generaciones siguientes: se repite el cruce con machos puros hasta alcanzar pedigree

Cada camada se evalúa con criterios rigurosos: peso al nacer, peso al destete, peso pre y post-esquila, área de ojo de bife, entre otros. Los machos deben superar los 115 puntos y las hembras los 100 puntos para incorporarse como reproductores puros.

Resultados actuales y proyección a futuro

En el módulo experimental, el piso genético ya dejó de ser el Merino Australiano. Actualmente se trabaja con animales de segunda generación de cruza y se avanza hacia la tercera y cuarta. Los indicadores productivos son elocuentes: en el módulo se registraron hasta 140 % de señalada, un valor que refleja alta fertilidad y buena supervivencia de corderos.

Ciro Saber subraya que los avances permiten vislumbrar un futuro en el que el Merino Dohne gane protagonismo en los sistemas ganaderos mixtos de la Patagonia. “Estamos consolidando animales adaptados, de alto rendimiento y con productos valorizados en los mercados internacionales”, afirma.

Merino Dohne, una oportunidad estratégica

En un contexto de precios volátiles y costos crecientes, la doble rentabilidad (carne + lana fina) ofrece estabilidad económica. La lana fina del Dohne accede a nichos premium que pagan significativamente más que la lana gruesa. Al mismo tiempo, el peso alcanzado por los corderos permite competir en mercados de carne de calidad.

Para los productores del Valle Inferior y otras zonas patagónicas con limitaciones forrajeras, la adaptabilidad y la eficiencia reproductiva del Merino Dohne representan una herramienta clave para fortalecer la producción ovina local y hacerla más resiliente frente a las condiciones ambientales y económicas.

Fuente: INTA con aportes de +P

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