¿Por qué están en peligro los hermosos caballos con rulos de la Patagonia?
En la localidad de Maquinchao, Río Negro, una familia cría una raza de caballos única en Sudamérica. Lo hacen a pulmón y actualmente su reproducción está en peligro.
En un lugar de Patagonia, de grandes extensiones de tierras áridas, donde alguna vez pasaron varios caminos utilizados por los pueblos originarios como Pampas y Tehuelches, allí, en el Centro Sur de la provincia de Río Negro, hoy está la localidad de Maquinchao. La capital de la lana, como se la conoce, es testigo y protagonista de la llegada de un tipo singular de caballos que tienen el pelo enrulado (en invierno), y también del peligro que corren.
Parte de la historia es conocida, se cree que los caballos del tipo Curly Horse (en inglés) fueron traídos de Europa en una expedición del visionario Pedro de Mendoza en 1536. Por diferentes motivos, no del todo claros, los caballos quedaron allí a su suerte, se adaptaron y continuaron reproduciéndose.
Tenían que pasar varios siglos para que un veterinario de la zona, los descubra en los campos del lugar, los junte y se ponga a estudiarlos y a criarlos. Este fue el camino que eligieron Andrea Sede y Gerardo Rodríguez, oriundos de Río Negro y descendientes de familias que históricamente se dedican a la producción ovina, una de las actividades principales del departamento 25 de mayo y aledaños.
Esta población, que, según el censo del 2022, tenía 2834 habitantes, logró repercusión mediática a partir de este hecho ligado a la cría de caballos con rulos y hoy alza la voz por una cuestión estructural que los atraviesa: sus caballos ondulados y el clima. Las que alguna vez fueron las tierras que recorría el gran Sayhueque, hoy sobreviven al cambio climático y a la falta de políticas públicas que colaboren en alivianar las problemáticas rurales.
“Sequía” es la palabra que predomina
Desde hace al menos una década, la zona de Maquinchao y la Meseta de Somuncurá que atraviesa varios departamentos, está variando de un clima semiárido frío a un clima más árido, donde las lluvias escasean cada vez más. Desde hace varios años y cada vez con más fuerza, la sequía es tema de debates en las exposiciones ganaderas y en la conversación de los productores locales.
El calentamiento global afecta a la producción ovina y equina, porque influye en la cantidad y calidad de alimento natural que necesitan los animales, que a su vez produce la reducción de los ganados. También colaboran otros factores, como la competencia por el alimento con los guanacos, los ataques de pumas y el robo de animales producido por el hombre.
Andrea Sede, productora de Yeguada Rodríguez, reconoce que cada vez tienen menos ovejas y que a los caballos los ve flacos y claramente le preocupa. Esto en un contexto en que los días se acortan y el frío comienza a asomar de a poco. Andrea nos cuenta que su marido es más optimista y cree que los caballos sobrevivirán al invierno.
Una especie única amenazada
Luego de algunas idas y venidas en el año 2019, Andrea y Gerardo lograron que el biólogo genetista Mitch Wilkinson venga a la Patagonia. Este estudioso de los caballos y su origen, miembro de la Kelly Horse Organization, llegó para examinar el fenómeno de los caballos con rulos de Río Negro.
A partir de allí, comenzaron a salir datos interesantes, como que la mutación genética que tienen estos caballos es única y en las muestras también sale que tienen sangre española. Su pelaje con rulos se forma en la época de frío y cuando comienza el calor se les caen los rulos y les queda el pelo lacio.
Actualmente, Andrea y Gerardo tienen más de 30 caballos repartidos en tres campos, su reproducción está en peligro por la falta de alimento. “Cuando están muy flacas, las yeguas no entran en celo”, dice Andrea, la naturaleza es sabia.
“Yo la verdad que estoy hipnotizada por ellos, me enamoré profundamente de los caballos con rulos”, admite Andrea al mismo tiempo que detalla las dificultades que deben enfrentar. “El proyecto fue creciendo mucho y sentimos una gran responsabilidad en los hombros, porque no es cualquier caballo. Es único, o sea, si se muere se acaba, ¿me entendés?”, reflexiona.
Seguir adelante (a pesar de todo)
Una de las características de esta raza es que son bastante mansos e inteligentes, también se dice que su pelaje no produce alergias en los humanos.
Andrea recuerda una anécdota que demuestra sus destrezas: “Domamos dos en un momento y eran tan bichos los tipos, que cuando se acercaba el domador, que iba con la nena que en aquel momento tenía 6 o 7 años, le tiraban la cabeza para el otro lado y, cuando la nena agarraba el bozal, el caballo bajaba la cabeza para que la nena le pusiera el bozal”.
A base de mucho esfuerzo, en julio del 2024, Andrea y Gerardo lograron llegar a La Rural de Palermo. “Que nos aceptaran en la rural fue muy difícil, porque acá no había registro de caballos con rulos”, cuenta Andrea sobre esta experiencia que vivieron en la gran exposición del campo argentino.
Sin embargo, “al estar inscriptos con ADN en Estados Unidos, le dió la seriedad de que esto, no era cualquier cosa, y por eso nos aceptaron en Palermo”, reconoce Andrea, quien con su marido le buscan la vuelta para hacer rentable el proyecto.
Hace un tiempo que los productores de los caballos Bashkir Curly (en inglés) o como se los llama localmente Crespo de la meseta, buscan captar diferentes fondos para financiar su emprendimiento. Explotar la parte turística es una buena alternativa, pero las vueltas de papeleos aún no les permiten comenzar seriamente con el proyecto “usamos todo nuestro capital, nuestros ahorros para irnos a Palermo el año pasado para hacerlos visibles a nivel nacional, o sea, pasamos caminando frente al presidente con los caballos con rulos, pero se ve que no les llamó la atención”, se lamenta Andrea.
A pesar de las dificultades, Andrea y Gerardo no bajan jamás los brazos. El amor por los animales y la actividad de cría en el campo ya es una forma de vida, la vida de cientos de productores que siguen poniendo trabajo y pasión en lo que hacen.
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