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Revolución forrajera en el NEA: nuevas pasturas para engordar el ganado

Especialistas del CONICET en el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) están transformando la ganadería con nuevas variedades forrajeras que prometen más carne, suelos ricos y un futuro sostenible.

En el Nordeste argentino (NEA), donde pastan más de 10 millones de cabezas de ganado, el pasto es el rey. Esa región del país, con más del 20% de los 50 millones de vacas argentinas, es un gigante pastoril detrás de la región Pampeana.

Allí, los animales se alimentan de campos naturales y forrajes cultivados, pero el valor nutritivo de estas pasturas ha sido un cuello de botella. Ahora, el IBONE (CONICET-UNNE) está cambiando las reglas del juego con proyectos de mejoramiento genético que aprovechan la riqueza de 400 gramíneas y 300 leguminosas nativas de Corrientes.

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Actualmente, el grupo está trabajando en distintos proyectos vinculados con el pasto horqueta, con el objetivo de lograr mayor resistencia al pastoreo y mejores crecimientos en la temporada invernal. FOTO: CONICET Nordeste

Actualmente, el grupo está trabajando en distintos proyectos vinculados con el pasto horqueta, con el objetivo de lograr mayor resistencia al pastoreo y mejores crecimientos en la temporada invernal. FOTO: CONICET Nordeste

Pasturas a medida

El proceso empieza con un problema: ¿cómo mejorar los rindes ganaderos? Durante 10 a 14 años, los investigadores cruzan plantas, evalúan híbridos y buscan rasgos clave como resistencia a inundaciones, mayor nutrición o crecimiento todo el año. Usando métodos globales, cada variedad pasa por rigurosas pruebas antes de llegar al Instituto Nacional de Semillas (INASE).

Carlos Acuña, líder del grupo de Genética y Mejoramiento de Forrajeras, destaca logros como Cambá FCA, un pasto Paspalum ideal para suelos anegados del NEA, y Chané FCA, perfecto para terrenos drenados con alto valor proteico. También está Boyero UNNE, un pasto horqueta que crece firme incluso en invierno. “Son nativas y están adaptadas como en casa”, subraya Acuña.

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La estrella verde

El avance más reciente es Pionera UNNE, una leguminosa (Stylosanthes guianensis) que fija nitrógeno y sube la calidad de la dieta bovina.

“Aumenta proteínas, mejora suelos pobres y captura carbono”, explica Acuña. Apta para suelos arenosos o ácidos, esta variedad —en evaluación final para el INASE— también sirve para henificar y almacenar reservas. Sus beneficios van más allá del ganado: enriquece rotaciones agrícolas y revitaliza campos.

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La riqueza florística del NEA es estudiada, conservada y utilizada con fines de mejoramiento genético de forrajeras por distintos equipos del IBONE. FOTO: CONICET Nordeste

La riqueza florística del NEA es estudiada, conservada y utilizada con fines de mejoramiento genético de forrajeras por distintos equipos del IBONE. FOTO: CONICET Nordeste

Mirando al futuro

El equipo no se detiene. Ahora trabaja en pastos horqueta más resistentes al pastoreo y con mejor desempeño invernal, además de optimizar la producción de semillas nativas.

¿La meta? Campos más productivos y carnes con sello de origen que conquisten mercados. En un NEA ganadero que ya mueve millones, estas pasturas podrían ser el empujón para engordar vacas y economías locales.

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