El Euro digital: cómo funcionará y cuándo estará disponible
El Banco Central Europeo avanza con una moneda digital pública que promete cambiar la forma en que se usa el dinero. Cómo funcionará e impacto en el día a día.
En un mundo cada vez más digitalizado, donde los pagos electrónicos y las criptomonedas están ganando terreno, los bancos centrales no quieren quedarse atrás. Es en este contexto que surge el euro digital, una iniciativa impulsada por el Banco Central Europeo (BCE) que busca modernizar el dinero, adaptarlo a los tiempos actuales y reforzar la soberanía monetaria europea frente a otros actores internacionales y privados. Pero, ¿Qué es exactamente el euro digital, por qué es importante y cuándo podría estar disponible para los ciudadanos?
El euro digital será una forma electrónica de dinero emitida por el Banco Central Europeo, pensada para ser utilizada por cualquier ciudadano de la zona euro. A diferencia de las criptomonedas como el Bitcoin o el Ethereum, que son activos altamente volátiles y no regulados por ninguna autoridad central, el euro digital estará respaldado por el BCE, lo que garantiza su estabilidad y valor.
Este nuevo tipo de dinero coexistirá con el efectivo y con los depósitos bancarios tradicionales. Es decir, no reemplazará al dinero físico, sino que ofrecerá una opción adicional, moderna, segura y accesible para realizar pagos digitales, tanto en tiendas físicas como en línea.
¿Por qué se propone el euro digital?
El principal objetivo del euro digital es asegurar que los ciudadanos puedan seguir teniendo acceso al dinero del banco central en la era digital. Actualmente, el único dinero del banco central que usan directamente los ciudadanos europeos es el efectivo. Sin embargo, el uso del dinero en efectivo ha disminuido en muchos países europeos, sobre todo tras la pandemia de COVID-19, que aceleró la transición hacia los pagos digitales.
Además, el BCE busca reforzar la soberanía monetaria europea. Con el auge de criptomonedas privadas y proyectos como Libra (posteriormente rebautizada como Diem por Meta/Facebook), los bancos centrales temen perder el control del sistema financiero si las monedas privadas se convierten en el medio principal de pago. El euro digital, en este sentido, sería una alternativa confiable y regulada.
Por otro lado, el euro digital también busca fomentar la innovación y la competencia en los servicios financieros, así como mejorar la eficiencia del sistema de pagos en Europa, que aún presenta fragmentaciones entre países.
Según los documentos oficiales del BCE, el euro digital funcionaría a través de una cartera digital (wallet) que cada ciudadano podría tener en su teléfono móvil o dispositivo electrónico. Esta cartera permitiría realizar pagos instantáneos y seguros en cualquier lugar de la eurozona, sin necesidad de tener una cuenta bancaria.
Se contempla que las transacciones sean gratuitas para los ciudadanos, aunque aún se debate el modelo operativo y de financiación. Los pagos podrían realizarse tanto en línea como sin conexión (offline), algo especialmente útil en zonas rurales o con baja cobertura digital.
En términos de privacidad, uno de los aspectos que más debate ha generado, el BCE ha asegurado que el euro digital ofrecerá un alto nivel de protección de datos, aunque no será completamente anónimo como el efectivo. Esto se debe a la necesidad de cumplir con normativas contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
¿Qué beneficios ofrecería?
Entre los principales beneficios que se prevén destacan:
- Mayor inclusión financiera: especialmente para personas no bancarizadas o con acceso limitado a servicios financieros.
- Seguridad y confianza: al estar respaldado por el BCE, se elimina el riesgo de quiebras bancarias o fraudes que pueden afectar a otras formas de dinero digital.
- Apoyo a la innovación: fomentaría la competencia con servicios financieros actuales, obligando a los bancos a mejorar sus servicios.
- Soberanía monetaria europea: reduce la dependencia de sistemas de pago extranjeros y plataformas tecnológicas no europeas.
El proyecto del euro digital aún se encuentra en fase de desarrollo. El Banco Central Europeo lanzó una fase de investigación en octubre de 2021, que concluyó en octubre de 2023. Tras esta etapa, en noviembre de 2023, el BCE decidió pasar a la fase de preparación, que durará al menos dos años.
Durante esta nueva etapa, que se prolongará hasta finales de 2025, se definirán detalles técnicos, se desarrollarán plataformas de prueba y se establecerán las bases legales para su implementación. Solo después de esta fase, el Consejo de Gobierno del BCE decidirá si lanzar o no el euro digital al público. Si todo avanza según lo previsto, el euro digital podría estar disponible para los ciudadanos a partir de 2026.
Aunque la propuesta ha sido bien recibida en términos generales, el euro digital enfrenta varios desafíos. Por un lado, está la resistencia de algunos bancos comerciales, que temen perder depósitos si los ciudadanos prefieren guardar su dinero en una billetera digital del BCE. Por otro, está la preocupación de los ciudadanos por la privacidad y la vigilancia, así como la necesidad de asegurar una infraestructura digital robusta y segura.
Además, será clave garantizar que el euro digital no afecte la estabilidad financiera, ni provoque una salida masiva de depósitos del sistema bancario.
En definitiva, el euro digital representa un paso importante hacia el futuro de la economía europea. Aporta una solución moderna, segura y pública para los pagos digitales, en un contexto global cada vez más dominado por las grandes tecnológicas y las criptomonedas. Aunque su lanzamiento aún no es definitivo, y faltan varios pasos por concretar, todo apunta a que la moneda digital europea se convertirá en una realidad hacia mediados o finales de esta década. Lo que está claro es que el dinero tal como lo conocemos está evolucionando, y el euro digital será una pieza clave en ese nuevo escenario financiero.
En esta nota