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Fletes marítimos se disparan en el Pacífico ante el adelanto de la temporada alta

Los fletes desde Asia hacia EE.UU. duplicaron su valor. Importadores adelantan envíos ante la inminente reactivación de aranceles.

Las tarifas de flete marítimo en la ruta transpacífica registraron un incremento sin precedentes en la primera semana de junio, marcando el inicio de un nuevo ciclo de presión logística global. Las cifras hablan por sí solas: los costos de envío desde Asia hacia la Costa Oeste de Estados Unidos se duplicaron, alcanzando los US$5.488 por contenedor de 40 pies (FEU), como resultado de un nuevo aumento general de tarifas (GRI). En algunos casos, las tarifas diarias han superado los US$6.000/FEU, impulsadas por un inicio anticipado de la temporada alta y por el nerviosismo de los importadores ante el inminente vencimiento de pausas arancelarias en julio y agosto.

El fenómeno no se limita únicamente a la Costa Oeste. En la Costa Este estadounidense, los costos también se dispararon, aumentando un 60% y situándose en US$6.410/FEU, con tarifas diarias superando los US$7.000. Este nivel iguala los máximos registrados en 2023, cuando el temor a una posible huelga portuaria en EE.UU. y las restricciones logísticas ocasionadas por el conflicto en el Mar Rojo llevaron los costos a niveles extremos.

Judah Levine, Head of Research en Freightos, explicó que las navieras ya están anunciando nuevos aumentos de tarifas que entrarán en vigor en los próximos días y nuevamente el 1 de julio. Estos incrementos oscilarán entre US$1.000 y US$3.000 por contenedor, reflejando la presión constante en la cadena de suministro. “Los puertos chinos aún están lidiando con el arrastre de carga acumulada durante la baja estacional de abril y mayo. Muchos buques y equipos que habían sido redestinados a otras rutas aún están en proceso de regresar al eje transpacífico”, indicó Levine.

Esto generó una limitación significativa de capacidad disponible. La combinación entre el aumento del volumen de carga, congestión en los puertos asiáticos y un mercado ansioso por adelantar envíos creo el caldo de cultivo perfecto para que los precios sigan subiendo, al menos durante junio y buena parte de julio. Sin embargo, Levine también señaló que es probable que el mercado comience a mostrar signos de estabilización hacia mediados de julio, en caso de que la demanda disminuya, se descongestionen los puertos y regrese mayor capacidad al mercado. “Hay muchos factores en juego, y cualquier variación —política, económica o logística— podría alterar las proyecciones actuales”, advirtió.

EE.UU. aplica lecciones de la pandemia

Ante este panorama, los puertos estadounidenses están tomando medidas preventivas. Levine explicó que “se están aplicando las lecciones aprendidas durante la pandemia para evitar cuellos de botella, anticipando la avalancha de contenedores que se aproxima”. Y es que el contexto arancelario también juega un papel crucial. A pesar de que los aranceles del 145% sobre productos chinos aún están vigentes, la National Retail Federation (NRF) —una de las principales asociaciones comerciales del país— había previsto en mayo una caída significativa en las importaciones oceánicas hacia EE.UU., proyectando una estabilización hasta octubre. Sin embargo, los recientes movimientos del mercado obligaron a la NRF a revisar sus previsiones.

Actualmente, la federación espera un repunte en las importaciones durante junio, con un pico previsto para julio, justo antes de que nuevos aumentos arancelarios entren en vigor en septiembre. Las proyecciones revisadas indican que el volumen de carga en julio será un 9% menor que el de agosto de 2023 y 4% inferior al de abril de este año, lo que sugiere que muchos importadores ya adelantaron sus operaciones para evitar el impacto de los nuevos gravámenes. “Este adelantamiento implica que incluso si se alcanzan acuerdos comerciales antes de las fechas límite, la demanda marítima podría experimentar una caída en el tercer y cuarto trimestre del año”, explicó Levine.

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En los puertos de Estados Unidos se espera un pico de actividad en julio.

En los puertos de Estados Unidos se espera un pico de actividad en julio.

Mientras tanto, las conversaciones entre la Casa Blanca y socios comerciales clave como China y la Unión Europea continúan, aunque con retrocesos en algunas áreas. Se espera que una corte de apelaciones decida en los próximos días si mantiene la suspensión de ciertos aranceles anulados a fines de mayo. Sin embargo, incluso una eventual desescalada podría tener un efecto limitado si el mercado ya ha actuado en anticipación.

Levine enfatizó que “el mercado de fletes no responde únicamente a decisiones políticas, sino a las expectativas que generan. Muchos importadores prefirieron jugar sobre seguro y adelantar sus operaciones, lo cual ya ha producido un efecto tangible en las tarifas y en la disponibilidad de espacio”.

El auge de la demanda en la ruta transpacífica también ha comenzado a alterar el equilibrio en otras rutas marítimas. Por ejemplo, las tarifas en el trayecto Asia-Mediterráneo subieron un 32% la semana pasada, alcanzando los US$4.285/FEU, y esta semana ya superan los US$4.800. Muchas navieras están reubicando capacidad desde rutas como Latinoamérica o Asia-Europa hacia el Pacífico, buscando aprovechar la oportunidad de maximizar ingresos ante la creciente demanda.

En resumen, el mercado de transporte marítimo y aéreo está atravesando un nuevo momento de disrupción y volatilidad. La anticipación de la temporada alta, combinada con factores arancelarios y restricciones de capacidad, está configurando un escenario complejo que obliga a todos los actores de la cadena logística a actuar con agilidad y visión estratégica. Mientras tanto, las tarifas seguirán subiendo —al menos en el corto plazo—, en un mercado donde adelantarse puede significar la diferencia entre rentabilidad y pérdida.

Fuente: Más Contanier/Bloomberg y aportes de Redacción +P.

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