Vino: ¿por qué la suba de las exportaciones no es (tan) buena noticia?
Las exportaciones de vinos crecieron 5,6% el año pasado. Los números son alentadores, pero no todo lo que brilla es oro. ¿Por qué?
Están circulando cifras que son alentadoras para el sector. La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía de la Nación informó que las exportaciones vitivinícolas crecieron el año pasado un 5,6%, respecto al 2023, y alcanzaron 207,6 millones de litros de vino. Además, en ese mismo periodo, las ventas internacionales de mosto concentrado aumentaron un 103,4%.
De las cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) también se desprende que se comercializaron 11,1 millones de litros más con respecto al año 2023. Del total exportado, 155,6 millones (75%) corresponden a vinos fraccionados (+3,2%) mayoritariamente en botella y 52 millones (25%) son vinos a granel (+13,6%). Además, el INV informó que las ventas internacionales de mosto concentrado en todo el año 2024 ascienden a 82.499 toneladas, un 103,4% más que el 2023.
Las exportaciones de productos vitivinícolas argentinos (vinos y mostos) en 2024 totalizaron un valor FOB de 854.852.000 de dólares, lo que representa un crecimiento del 11% con respecto a 2023.
A pesar de la tendencia, quizá no todo lo que brilla es oro. Eso mismo plantea Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR). “Cerramos arriba del año pasado, pero no hay que perder de vista que 2023 estuvo 25% por debajo del 2022, con lo cual estamos comparando con una base baja. El año pasado (por 2023) se exportaron 150 millones de litros fraccionado y este año (2024) vamos a tener alrededor de 160. Es una cifra muy por debajo de los 200 del 22”, dijo en diálogo con +P.
El economista agregó que “hay que tener en cuenta que los mercados internacionales están estancados. Lo mismo sufrió Chile, Australia y todos los países porque la demanda por importaciones de los principales mercados cayeron. No es un elemento menor, ese uno por ahí tiene en la memoria, esas tasas de crecimiento fenomenales que tuvimos hasta el 2010 y eso es algo que ya no, no volvió a ocurrir”.
A la hora de ensayar una explicación para ese escenario tan favorable que se dio hasta 20210, Rada asegura que “Estados Unidos no está acostumbrado a la inflación y está teniendo inflación, es lógicamente que una retracción en su consumo y en la demanda Europa tiene el problema de la guerra de Ucrania y las consecuencias energéticas y toda la cuestión que hace que les implique incremento de costos y también están con una demanda más conservadora”.
“Pequeño repunte”
En este punto, Rada asegura que “el pequeño repunte que uno puede ver tiene que ver con un pequeño repunte de nuevo respecto de una base baja. Aunque se exporte un poquito más, todavía los mercados están por debajo de lo habitual”.
Ahora bien, ¿teniendo en cuenta las características del escenario local y global, cómo se supone que será 2025? Rada se muestra cauto y asegura que “no creo que haya grandes cambios. Hablamos mucho y nos gusta mucho enfocarnos en las exportaciones, pero la verdad que tenemos un mercado interno que es fenomenal”.
“Creo que el consumo doméstico es el que, en definitiva, sostiene a la industria. Por supuesto, siempre es interesante el externo también, pero la única esperanza es esperar una recuperación del ingreso real y la capacidad de compra, y esperar que las decisiones individuales de cada una de las empresas se alinee con precios razonables. Esto es algo, que siempre advertimos tanto en el mercado internacional como el mercado interno, que el consumo de una sumamente sensible al precio”.
Para terminar, desliza: “Si todo eso se alinea, podemos tener un año de 800 millones de litros de venta al mercado interno y unos 200 millones de litros de exportación, ojalá que así sea”.
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