Beneficios fiscales: impulso a inversiones agroindustriales
Un grupo de diputados firmaron un proyecto de ley que ya fue presentado ante el Congreso y por el que se plantea una serie de beneficios fiscales y económicos para impulsar inversiones agroindustriales. ¿Cómo impactaría en el Valle?
Uno de cada cuatro pesos recaudados por el Estado lo aporta el sector agropecuario; uno de cada cinco empleados del sector privado pertenece a las cadenas agroindustriales y dos de cada tres dólares que ingresan al país por exportaciones vienen de las actividades del agro y representan el 20% del PBI argentino. Los datos forman parte del resumen del último año productivo que realizó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y son el principal argumento para que un grupo de diputados presente un proyecto de ley denominado Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial (RIDA), destinado a impulsar las inversiones.
Al igual que el paquete pensado para Vaca Muerta (RIGI), esta iniciativa contempla beneficios fiscales para motorizar inversiones. Puntualmente propone estímulos con amortizaciones aceleradas, modificaciones en la valuación de la hacienda y la emisión de certificados de crédito fiscal para insumos.
Uno de los diputados que impulsa este proyecto es el neuquino Pablo Cervi. En diálogo con +P explicó los detalles y dijo que el RIDA apuntaba a tres temas que hacen que cierre el negocio: amortización anticipada, saldos técnicos de IVA y valuación de stocks ganaderos.
Punto por punto
“Hay tres temas que son importantes para el agro desde el punto de vista fiscal, importantes para que cierre el negocio. Por un lado, la amortización anticipada donde vos tenés -en este entorno de alta inflación- que se hace una inversión y cuando va a amortizar al año siguiente, te queda un tercio. Esto es entendiendo que la amortización pasa como gasto”, dijo. Y continuó: “En la medida en que la inflación te come la inversión, terminas pagando impuestos a las Ganancias sobre la inversión que hiciste. Es un desincentivo a invertir”.
Cervi puntualizó que el proyecto también “tiene también una posibilidad de recupero de los saldos técnicos de IVA. En la actividad agropecuaria, en general, vendes con IVA al 10,5% y compras con IVA el 21%; entonces, eso genera normalmente un saldo que no se puede recuperar. Y ni hablar de hacer inversiones porque el resultado de la inversión lo terminas perdiendo; esto también es un desincentivo. Entonces, está la posibilidad de que ese IVA se utilice para pagar otros impuestos o para compensar. Eso sería una forma también de no solamente mejorar el número de la actividad, sino que también cuando invertiste, que el IVA lo puedas tomar”.
“El tercer tema es, sobre todo, para la ganadería, que tiene que ver con la valuación de los stocks porque normalmente se hace un cierre a fin de año y pagas Ganancias sobre los kilos que ganaron esos animales. Y lo cierto es que lo normal de la ganadería es un ciclo de 2 años, crías al animal dos años y lo vendes. Entonces, tenés que pagar Ganancias sobre algo que vas a vender un año más tarde. Eso también es una forma de mejorar el resultado ganadero, una forma de acomodar el negocio es un tema más que nada financiero, pero que impacta fuertemente sobre las ganancias”.
¿Y para la zona?
En este punto, surge una pregunta clave: De los tres puntos clave del proyecto, ¿cuál apunta a mejorar el negocio de la fruta? Según Cervi, “claramente la amortización anticipada. Sobre todo, del lado de las inversiones pensando que la salida del Valle es por el lado de la tecnología. Con la necesidad de inversión que hay, creo que sería un incentivo importante porque permitiría descontarlo rápidamente. Y después el IVA porque en la vuelta de la actividad frutícola queda un saldo (del 2,48%, en 2018) que termina siendo un impuesto más de IVA que no recuperas. Creo que la posibilidad de la utilización de los saldos técnicos también va a ser importante”.
Desde +P intentamos acceder al saldo técnico del IVA actualizado y no fue posible, pero Cervi aseguró que “el dato estaba en dólares y no creo que haya cambiado demasiado, te da cuánto era lo que impactaba el saldo de la fruticultura”.
Otra cuestión que sobrevuela pero que no está contemplado en el RIDA es el de aportes y contribuciones. Es vox populi entre los empresarios de la zona que sería importante para las economías regionales contemplar el tema laboral, dentro del proyecto. Fuentes consultadas por +P aseguran que el tema de los aportes y contribuciones terminan siendo entre el 9% y 10% del costo total de una caja de fruta puesta en el puerto.
"Un gran RIGI"
“El RIDA es algo liviano al lado de lo que habría que hacer, pero entendemos que hay que hacer que empiecen a moverse las cosas. Es un régimen especial. En realidad, lo que habría que hacer es avanzar sobre el régimen de baja de carga impositiva y ni hablar de que las provincias también tendrían que haber un Pacto Fiscal donde se baje Ingresos Brutos que impactan muy fuerte en la fruticultura”, aseguro el diputado radical.
Y continuó: “Básicamente esto sería hacer lo que siempre se ha cuestionado; es decir, hacer cuestiones sectoriales, leyes para un sector y lo que habría que hacer es ventajas para toda la economía. Un poco ésta es la discusión: si lo haces para todos o para un sector, pero nunca se llega y se termina con estos parches sectoriales. En realidad, se debería hacer la economía total, que toda la Argentina vaya hacia un gran RIGI. Los impuestos siempre son provisorios y después quedan definitivos, pero si no crece la economía es imposible”.
Por dónde es la salida
Año tras año, la fruticultura pierde superficie cultivada, pierde productores, pierde mercados y está claro que es sector clave para el desarrollo regional. En este punto, la pregunta es: ¿Cómo se cambia la tendencia? ¿Cómo se logra la "V" de la fruta?
“Yo creo que es posible con la incorporación de tecnología, hablo de malla antigranizo, genética, mecanización…. Pero para eso es necesario el marco legal y el financiamiento. La fruticultura para desarrollarse necesita créditos a 10 o 12 años”, opinó Cervi.
Y agregó: “Creo que hay una fruticultura que es viable y posible y tranquilamente podemos competir en el mundo en la medida también que el país se acomode y no hay que olvidar que hay temas de logística. Quizás no tanto al este del Alto Valle, pero sí al oeste donde tenemos el tema de la competencia con Vaca Muerta por infraestructura y todo en la medida que se haga también infraestructura para que haya convivencia de las actividades y no competencia. Creo que hay una fruticultura posible”.
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