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El asado enfrenta un incremento del 18%: qué significa para el consumo de carne en Argentina

Se despertó en las góndolas el precio del asado. Sin embargo, se encuentra muy retrasado en relación al IPC de todo el 2024. Crecen los valores en dólares.

Pareciera que el bolsillo de los argentinos no tiene descanso. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer esta semana la suba general de precios de diciembre, que se ubicó en el 2,7% mensual. Si bien sufrió una aceleración respecto del mes anterior -noviembre fue del 2,4%- estaba dentro de los planes del Gobierno este rebote teniendo en cuenta la estacionalidad que se genera en el último mes del año. Lo que no estaba en agenda para gran parte del círculo rojo de la Casa Rosada es el salto que finalmente terminaron pegando los distintos cortes de carne. Y el asado, no quedó fuera de este esquema.

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Los datos del INDEC dan cuenta de que el valor promedio del asado en las góndolas de los supermercados y carnicerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Gran Buenos Aires (GBA) creció cerca de 16 puntos por encima del índice de precios al consumidor (IPC). La misma tendencia se puede observar en los comercios minoristas de las principales ciudades del norte de la Patagonia. Especialistas consultados por +P aseguran que en diciembre el asado -y el resto de los cortes de la carne- en promedio reflejaron la suba de precios que tuvo la hacienda.

En el último trimestre del año, el precio de este corte tan demandado por los argentinos, creció 25%. Un serio golpe para el presupuesto familiar.

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Tal como se observa en el gráfico adjunto el incremento de precios promedio de los distintos cortes de carne medidos por el INDEC, crecieron muy por encima del IPC. Y el asado fue el que mayor salto pegó. Pero los números son totalmente distintos cuando se analiza la evolución de las cotizaciones que tuvo la carne durante todo 2024.

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Al tomar como referencia el cohorte de los 12 meses del año, el precio final de la carne puesta en el mostrador mostró tasas de crecimiento muy por debajo de los niveles de inflación. El asado en este análisis fue uno de los cortes de carne más beneficiados -en relación a la suba de precios anual- pero igualmente quedó muy rezagado respecto del IPC.

En definitiva, y tal lo que informó el INDEC, la inflación de diciembre fue de 2,7% y en el año 2024 alcanzó poco más del 117%. En tanto la carne vacuna subió en promedio para todos sus cortes alrededor del 12% durante el mes pasado, mientras que para todo el 2024 el incremento se ubicó en poco más del 72%, siempre tomando los valores que difundió el organismo oficial.

¿Qué se espera con el precio del asado?

Distintos analistas consultados por +P coinciden en señalar que el precio del asado -y de los distintos cortes en general- puede mantener su tendencia al alza en los próximos meses, pero mucho dependerá de como reaccione la oferta, que todavía se encuentra golpeada tras el ajuste sobre los salarios realizado por el Gobierno en todo este último tiempo. Las expectativas del sector están puestas en una recuperación progresiva del poder adquisitivo de las familias argentinas y con ello del consumo de carne vacuna.

Pero más allá de eso, existen otras variables que están impactando en el mercado de la carne: los cambios de consumo que se están observando en la población y la oferta proteica alternativa al vacuno, son tan solo algunas de ellas. Ambos factores generan un desvío de comercio importante dentro del sistema. El primero de ellos, porque no toda la sociedad hoy está viendo que la carne sea un alimento saludable, sin abrir juicio de cuan cierto puede ser esto. Y en segundo término porque existen alternativas a la carne vacuna mucho más económicas como es el pollo y el cerdo, que cuidan algo más el bolsillo del consumidor.

Lo que sí se observa en el mercado es que si bien la demanda no reacciona y los precios en moneda local, siempre hablando en términos reales, se mantienen a la baja; los valores en moneda dura muestran un preocupante crecimiento.

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Tal como se detalla en el gráfico adjunto, el precio del kilo de asado creció en promedio el año pasado, medido en dólar oficial, más del 30% contra una caída en términos reales de poco más del 40% respecto del peso argentino. La distorsión de precios relativos que se observa en el comercio minorista de la carne vacuna tiene una estrecha relación con el atraso cambiario que está padeciendo la economía argentina, escenario que se aceleró con fuerza a partir del segundo semestre del año pasado.

El escenario que está viviendo toda la cadena de producción, industrialización y comercialización ganadera es preocupante, teniendo en cuenta que los costos en dólares crecen en un contexto en el que no se pueden trasladar los precios a las góndolas minoristas ya que el consumidor no los convalidará. Y hay argumentos para ello: el valor del pollo y el cerdo se encuentran muy por debajo de la carne vacuna, opciones que ya toman los consumidores.

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