Ganadería: se recortan las mejoras en las cotizaciones logradas a fin de año
Pareciera que la ganadería no puede encontrar la luz. La oferta existente excede las posibilidades del mercado. Y eso repercute en las cotizaciones.
Aunque estacionalmente enero no suele ser un mes de elevada oferta, la cantidad de hacienda que ha estado llegando a faena en los últimos meses del año y que aún se mantiene por sobre los niveles normales para este primer mes, parece exceder lo que el mercado está pudiendo asimilar. Si bien diciembre insinuó cierto repunte en las cotizaciones, los retrocesos registrados luego de las fiestas no tardaron en recortar las mejoras conseguidas.
Por el lado de la demanda, ni la exportación ni el consumo, de momento, están traccionando. En el caso de la exportación, la caída de valores que ha impuesto China, sumado a la compleja situación que enfrenta la industria exportadora -ahora más golpeada aún por la disminución del ritmo de devaluación anunciado por el gobierno-, restringe severamente su poder de compra. Por el lado del consumo, si bien el fin de año pareció dinamizar ciertamente las compras, estacionalmente tanto enero como febrero no suelen ser meses de fuerte demanda y, por ende, de convalidación de mejoras en los valores de la carne.
Por el lado de la oferta, en lo que va de enero, el ritmo de envíos a faena, si bien resulta inferior a diciembre, aún se mantiene ligeramente por encima de los niveles registrados un año atrás, especialmente en novillos y novillitos. En efecto, los datos publicados por el SENASA al 1.° de enero reflejan un stock de animales en feedlots de 1,72 millones de cabezas, dato que, si bien también muestra una disminución respecto del mes previo (1,75 millones), comparado con el promedio a igual fecha de los últimos tres años (1,61 millones), sigue siendo elevado.
No obstante, los feedlots están actualmente trabajando con un nivel de ocupación de entre un 10% y 15% más reducido respecto de los 2 millones de animales que llegaron a alojar en los meses de mayor ocupación. Esto naturalmente reduce la oferta de hacienda terminada disponible para la faena de los próximos meses, aunque no explica la totalidad.
En 2024, de los 13,9 millones de cabezas faenadas, 5,1 millones de animales salieron de los feedlots, explicando el 37% del total. Por lo que, más del 60% de la oferta de animales faenados sale de los campos, siendo esto altamente dependiente de las condiciones de mayor o menor receptividad que ofrezcan los mismos.
En este sentido, la baja estacional de oferta que inevitablemente registrarán los feedlots podría verse compensada por una mayor salida de hacienda de los campos, en función de cómo terminen comportándose las lluvias, un factor que para muchas zonas hoy se presenta como uno de los mayores determinantes de las ventas.
En materia de precios, recordemos que, entre mediados de noviembre y fines de diciembre, el precio de la hacienda gorda intentó corregir parte del retraso que venía acumulando y registró una suba de más del 20% en términos nominales que, pasado el fin de año, comenzó a erosionarse, perdiendo prácticamente la mitad de la mejora conseguida. Hoy, un novillito gordo en el MAG -sin considerar los valores del viernes por tratarse de una oferta muy reducida para la jornada- se ubica en torno a los $2.500 el kilo, mismo valor corriente de mediados de noviembre.
En tanto que, en lo que va de enero, medido en términos reales y tomando el promedio de la categoría novillito, vemos que los valores, si bien se sitúan ligeramente encima de los registrados en los últimos dos años, al compararlo con años neutrales en términos climáticos, resultan cerca de un 15% inferiores.
Respecto de la invernada, si bien comparado con los valores de diciembre, los terneros siempre reflejan una baja significativa, las referencias en términos reales contra igual mes de años anteriores también presentan una situación similar al gordo, con valores que mejoran respecto de los niveles conseguidos en los dos últimos años, pero que resignan entre un 15% y 20% respecto de los dos años precedentes.
Sucede que en muchas zonas la hacienda ha comenzado a sufrir la falta de pasto, y esto empieza a expresarse tanto en la evolución de las recrías como en la condición de las vacas paridas con sus terneros al pie. En general, hay mucha preocupación por la falta de lluvias y las altas temperaturas registradas en la última semana a. El achicamiento de los campos se dio de manera muy abrupta en el último mes y esto se está viendo en la cautela que prima al momento de convalidar precios tanto en el segmento de cría como de invernada.
China, suma complicaciones
A esta situación, se suman además los bajos precios que está pagando la industria por la vaca que se faena con destino a China. Hoy, por una vaca conserva de 400 kilos, se obtiene en promedio entre 400 y 450 mil pesos cuando, dos meses atrás, ese mismo refugo generaba al productor entre 500 y 550 mil pesos.
Este dato también entra en juego al momento de poner valor a un vientre preñado o con cría, puesto que la base de cálculo entre lo que se puede sacar por esa vaca llevada a faena más el ternero que también ha bajado un escalón en precios, y promedia más los 2.800 pesos que los 3.000 pesos o 3.200 pesos de diciembre, en conjunto, termina ajustando los valores de la cría entre un 15% y un 20% respecto de las referencias de un mes atrás. Hoy, la vaca con cría que hasta entonces se pagaba en torno a 1.200.000 pesos, ha empezado a encontrar en muchas zonas topes por debajo del millón.
De momento, las lluvias registradas este fin de semana trajeron alivio a zonas del centro-norte de Córdoba, sur de Santiago del Estero y localidades aledañas del oeste de Santa Fe, así como sectores del sudeste de Entre Ríos. Sin embargo, gran parte del centro de Santa Fe, Provincia de Buenos Aires y La Pampa siguen esperando aportes de agua que logren revertir la aguda sequía en la que se encuentran sus campos.
La afección no solo afecta la provisión de forraje directo para la hacienda sino también la previsión de grano proyectada para consumo durante el año. Probablemente, el dato más alentador comienza a vislumbrarse con el cambio de mes, puesto que para la última semana de enero ya se esperan eventos con precipitaciones de mayor milimetraje y fundamentalmente más generalizadas sobre las zonas afectadas.
Asimismo, los pronósticos de mediano plazo dan cuenta de un otoño más neutral tanto en lluvias como en temperaturas, perspectiva que algunos climatólogos más arriesgados extienden al resto del año, abarcando en especial el invierno y la primavera 2025. De confirmarse estos pronósticos, si logramos transitar esta segunda mitad del verano e inicios del otoño con menor presión desde el punto de vista climático, la oferta ganadera debería adoptar un pulso de ventas más pausado, propiciando así una dinámica de precios relativamente alcista en los próximos meses.
Fuente: Rosgan.
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