Operación de rescate del Maersk Sana: hacia un puerto seguro en las Bahamas
Maersk confirmó que un buque de salvamento europeo ya inició la maniobra, mientras continúa la investigación del incidente que dejó tres tripulantes heridos.
La naviera danesa Maersk ha confirmado que el remolque del portacontenedores Maersk Sana, que permanecía a la deriva en el Atlántico desde el pasado 28 de abril, ya ha comenzado. Un remolcador de salvamento oceánico llegó a la ubicación del buque averiado el 16 de mayo, y se encuentra actualmente en plena operación de traslado hacia un puerto seguro en las Bahamas.
El Maersk Sana, un portacontenedores de 102.000 toneladas de peso muerto (TPM) con capacidad para transportar 8.450 TEU, quedó inhabilitado tras sufrir una avería significativa en su sala de máquinas. Desde entonces, había estado a la deriva a unas 75 millas náuticas de las Bermudas. A pesar de las circunstancias, Maersk aseguró que el buque estaba “a salvo” y contaba con energía suficiente para emplear propulsores laterales con el fin de mantener su estabilidad y cierta capacidad de maniobra.
En un comunicado oficial, un portavoz de Maersk informó que “un remolcador de salvamento ha llegado al buque y está en proceso de remolcarlo hacia un puerto de refugio en Freeport, Bahamas. La llegada se prevé para la última semana de mayo”. La compañía indicó que continúa monitoreando estrechamente el clima y la evolución de la operación para garantizar que se lleve a cabo de manera segura y eficiente.
Según las señales AIS, el remolcador asignado a esta misión es el Sea1 Ruby, un buque de anclaje de 3.800 TPM registrado en Noruega y operado por Sea1 Offshore (anteriormente Siem Offshore, que renovó su identidad corporativa en 2024). El Sea1 Ruby posee una capacidad de tiro a punto fijo de 310 toneladas y una potencia de 28.000 BHP, características esenciales para una operación de esta magnitud. El remolcador hizo una escala en Ponta Delgada, en las Azores, antes de arribar al Maersk Sana. El remolque, de aproximadamente 900 millas náuticas, tomará unos siete días a una velocidad estimada de 5 nudos.
Maersk explicó que optó por un remolcador europeo porque “queríamos emplear un enfoque de ‘acierto a la primera’”, dijo el portavoz. “Teníamos que encontrar el remolcador adecuado para esta operación, no necesariamente el más cercano”.
Maersk y las causas de incidente
Aunque Maersk no ha confirmado oficialmente las causas del incidente, informes no verificados apuntan a una posible explosión seguida de un incendio en la sala de máquinas. Tres tripulantes resultaron heridos: uno fue atendido a bordo, otro fue trasladado a Bermudas y dado de alta, y el tercero fue evacuado en helicóptero a Estados Unidos, donde permanece hospitalizado en estado crítico pero estable.
Este nuevo incidente vuelve a poner bajo escrutinio los protocolos de seguridad y gestión de emergencias de la naviera, especialmente tras el recordado caso del Maersk Saltoro. En ese siniestro, ocurrido en el Pacífico Norte en los primeros día de 2025, el buque perdió más de 1.300 contenedores, entre ellos una importante carga de cerezas chilenas destinada al mercado asiático. La pérdida millonaria provocó una ola de críticas por parte de exportadores y aseguradoras, así como investigaciones sobre el aseguramiento de cargas y la estabilidad de los buques en condiciones adversas.
La situación del Maersk Saltoro no solo evidenció vulnerabilidades estructurales en condiciones extremas, sino que también dejó en claro la necesidad de revisar la planificación logística y el mantenimiento preventivo de estas gigantescas embarcaciones. En aquel caso, varios informes técnicos señalaron que una combinación de mal tiempo y sobrecarga en la cubierta superior contribuyó al colapso de las estibas. La pérdida de contenedores generó importantes retrasos en las cadenas de suministro y una gran cantidad de reclamos legales.
A raíz de ese incidente, Maersk implementó una serie de reformas internas, entre ellas una revisión más rigurosa de las rutas de navegación, la redistribución de cargas y mejoras en la tecnología de seguimiento y monitoreo. Sin embargo, el episodio del Maersk Sana sugiere que aún persisten desafíos en cuanto a la gestión de riesgos mecánicos y la respuesta ante emergencias en altamar.
La compañía ha reiterado su compromiso con la seguridad marítima y ha anunciado que llevará a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer las causas del incidente actual. “La seguridad de nuestra tripulación y la protección del medio ambiente marino son nuestras prioridades más altas”, enfatizó el portavoz de Maersk.
Mientras tanto, la comunidad marítima internacional observa con atención el desarrollo del remolque del Maersk Sana, esperando que esta operación concluya sin contratiempos y sirva de lección para reforzar aún más la seguridad en el transporte marítimo global.
Fuente: Agencias internacionales con aportes de Redacción +P.
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