PyMES advierten: hay estabilidad cambiaria, pero el consumo está estancado
Las ventas de PyMES muestran señales de estancamiento y preocupa la falta de reactivación del consumo interno.
Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas (PyMES) registraron un crecimiento interanual del 3,7% a precios constantes, según datos del último mes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). No obstante, en la comparación mensual desestacionalizada se observó una contracción del 1,8%. El acumulado del primer cuatrimestre del año muestra una variación positiva del 14,9%. Salvador Femenía, vocero de la entidad, en la nueva gestión administrativa, sostiene que "la reforma tributaria es la asignatura pendiente para las medianas empresas".
-¿Cómo describiría la situación actual de las PyMES representadas en CAME?
-La situación de las PyMES en general está un poco 'amesetada', demasiado tranquila. Llevamos un par de meses en los que nos afectó la incertidumbre del sector financiero y macroeconómico, lo que impactó directamente en las expectativas de consumo. Hay algunos sectores que están traccionando fuertemente, como el petróleo, el gas, la minería y las automotrices, y las PyMES ligadas a ellos lo sienten. Pero el resto, realmente, está en una meseta porque, evidentemente, lo que menos se recupera o lo que más tardará en recuperarse es el mercado interno.
-Cuando usted habla de 'meseta', ¿se refiere a un consumo mermado?
-Sí, a un consumo mermado. Hubo una recuperación fuerte en los últimos meses del año pasado, que continuó en enero y febrero. Pero después surgieron las turbulencias que todos conocemos respecto a la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la devaluación del dólar...Todo eso afecta porque la gente se retrae por precaución, ¿no? En Argentina estamos muy acostumbrados a ser cautelosos cuando hay cierto nivel de incertidumbre. Esto pasó, y también hubo un pequeño salto inflacionario por expectativas que después no se concretó. Así que, bueno, estamos esperando a ver cómo vienen las estadísticas de mayo.
-¿Y cómo afectó al sector la salida del CEPO y este tema del dólar con bandas, que al final se mantuvo en el piso y no en el techo?
-Digamos que afectó positivamente, porque la incertidumbre que había respecto a las bandas, e incluso cuando se anunció la salida del CEPO, se hablaba de que el dólar iba a arrancar en el tope de la banda. Y no fue así, no ocurrió, con lo cual se desinflaron un poco las expectativas respecto a los precios. Volvemos a un horizonte que, por lo menos, promete estabilidad, y eso favorece mucho tanto al consumidor como al comercio. Eso tiene que plasmarse, ya te digo, en un aumento del salario real que, creo que dadas las condiciones, vendrá por el lado de la productividad y no por ajustes nominales.
-¿Y a las PyMES que exportan, este cambio actual les conviene?
-Sí, mira, les convenga o no les convenga, es el tipo de cambio que hay. Hoy no hay especulación porque de alguna forma está flotando y el gobierno, en general, no está interviniendo. O sea, lo que está fijando la oferta y la demanda es el tipo de cambio. Así que no se puede especular con que el dólar valga más alto porque se va acomodando. Es más, el gobierno en estos días dijo que no iba a intervenir, que quería dejar que el dólar encontrara su valor solo, con lo cual me imagino que el que tiene que exportar, tiene que exportar.
-Y sobre las importaciones, ¿hubo mucha apertura? En algunos sectores, como en la Patagonia, hubo importaciones de peras. ¿Cómo afectará esto a las PyMES?
-Estamos en un momento de apertura o de baja de aranceles para algunos productos importados. Evidentemente, esto compite fuertemente con la industria nacional, porque por una cuestión estructural y de carga tributaria, el empresario local no puede competir con eso o compite en forma desigual. Pero se está notando en algunos rubros y en algunos productos una tendencia a la baja de precios. Uno se encuentra con algunas PyMES productoras o que tienen que comprar insumos que, en algunos productos –y son comentarios que he verificado personalmente–, tienen precios hasta un 100% por debajo de lo que fue en diciembre. Entonces, también ahí hay una economía que todavía tiene una sobrecarga por expectativas de inflación que no se corroboraron y se tiene que ir a la baja, porque la demanda y el poder adquisitivo son los que ponen el límite. Bueno, acá no se puede sostener esto, y habrá que ver que el gobierno dé señales para que se pueda afianzar el proceso de estabilidad y todo se calme un poquito. Pero creo que todavía hay precios con un componente de expectativa inflacionaria.
-¿Y el tema de las economías regionales, cómo está en el rubro?
-Digamos que está bien desde hace un tiempo, desde el punto de vista de las retenciones. El gobierno en su momento había sacado las retenciones para todas las economías regionales. Pero también tenemos un problema de aumento de costos, sobre todo de energía, con precios a los que la demanda también les pone un límite, y con competencia de productos frescos extranjeros. El comercio tiene la posibilidad de ofrecer un producto más barato porque es importado, pero la industria tiene que competir. Y las economías regionales tienen problemas de costos y de competitividad.
-¿Cuáles son las perspectivas de ustedes para el segundo semestre, entonces?
-Yo te diría que hay una expectativa de crecimiento. Este año va a terminar con un crecimiento entre el 5 y el 6%. Obviamente, va a ser desparejo: habrá sectores que están traccionando mucho y que marcarán la tendencia del promedio, pero creo que el sector PyME todavía va a quedar bastante rezagado.
-¿Y las asignaturas pendientes? ¿Hay algún reclamo en el diálogo con el gobierno?
-Creo que las tareas pendientes, que también es un reclamo nuestro desde hace mucho tiempo, pero con más vehemencia ahora, son una reforma tributaria para que bajen los impuestos, porque la carga impositiva hace imposible competir con el extranjero. También hay cuestiones estructurales, el 'costo argentino', que tiene que ver con la logística, y completar una reforma laboral, sobre todo para desactivar la 'industria del juicio', que es muy perjudicial. Más allá de los costos que uno tiene que afrontar para tener un empleado, el tema es la posible contingencia de problemas conflictivos que muchas veces terminan con la vida de una PyME. Pero somos optimistas en cuanto al futuro de las pequeñas y medianas empresas. Somos optimistas en que la economía puede empezar a crecer de una manera más sana y no, digamos, un poquito inflada por subsidios. Yo creo que la economía argentina tiene que arrancar de nuevo después de un ajuste que, evidentemente, es muy fuerte y ha perjudicado mucho a la gente y también a las PyMES.
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