Precios

La brecha de precios del asado entre la Patagonia y el resto del país alcanza su nivel más bajo en décadas

Según el INDEC y el INTA, la diferencia de precios por kilo se redujo al 14%, el valor más bajo registrado.

Sin dudas, se trata de un hecho histórico. Por primera vez en varias décadas, el precio del asado —uno de los productos más emblemáticos de la mesa argentina— se ubica en niveles cada vez más cercanos entre los mercados situados al norte de la barrera sanitaria del río Colorado y los del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. El dato no solo marca un cambio estructural en la dinámica de precios regionales, sino que también abre un nuevo capítulo en la discusión sobre la evolución de la carne vacuna en el país.

De acuerdo con los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el valor promedio del asado en las góndolas a nivel nacional alcanzó en octubre los $11.755 por kilo, lo que representa un incremento del 5,2% respecto del mes anterior y un salto del 57% en términos interanuales. Estos porcentajes superan holgadamente la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en los mismos períodos, que fue del 2,3% mensual y del 31% interanual respectivamente. En otras palabras, el asado le ganó a la inflación.

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El fenómeno no es menor si se considera el peso cultural y económico del asado en la canasta familiar argentina. A lo largo del año, los precios mostraron cierta estabilidad entre abril y septiembre, pero el repunte registrado en octubre marca un punto de inflexión. Analistas de mercado señalan que esta tendencia alcista podría profundizarse en noviembre, impulsada por una combinación de factores estacionales: incrementos en los costos de producción, una demanda que -pese al contexto económico- no se retrae significativamente y una menor oferta de la industria hacia el mercado doméstico.

La carne empuja la inflación

Diversas consultoras privadas ya advierten que será difícil para el Gobierno perforar el piso del 2% de inflación mensual en noviembre, justamente por el impacto que está teniendo la suba de la carne en el índice general de precios. La carne vacuna es uno de los componentes más sensibles del IPC, y su comportamiento suele tener un efecto inmediato sobre las estadísticas oficiales y sobre el bolsillo del consumidor.

Además, no fue solo el asado el que registró aumentos significativos en octubre. Según el INDEC, la mayoría de los cortes vacunos experimentaron incrementos por encima del promedio general de precios. Esta tendencia generalizada refuerza la idea de que el rubro cárnico atraviesa una nueva etapa de reacomodamiento, posiblemente vinculada con la recuperación de márgenes en la cadena de producción y distribución, luego de varios meses de atraso relativo frente a otros bienes de consumo masivo.

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Patagonia Norte: un quiebre histórico

Pero quizás el dato más relevante de toda la serie estadística publicada en las últimas horas sea el que proviene de la Patagonia Norte. En octubre, el diferencial de precios promedio por kilo de asado entre los comercios ubicados al norte de la barrera sanitaria y los del Alto Valle de Río Negro y Neuquén tocó los mínimos de las últimas campañas. Es uno de los valores más bajos registrado desde la instauración de la barrera, que históricamente impuso una separación sanitaria y comercial entre ambas zonas.

La gráfica elaborada por la Redacción +P, que toma como referencia los precios relativos desde enero de 2022 hasta octubre de 2025, muestra con claridad la magnitud del cambio. Durante la mayor parte del período, el asado fue mucho más caro en los comercios minoristas del Alto Valle que en los del norte de la barrera. El mínimo histórico anterior se había registrado en febrero de 2022, con un diferencial del 15%. Sin embargo, octubre de 2025 rompió este piso: la brecha se ubicó en el 14%.

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El promedio del diferencial observado para este período, que va de enero 2022 a octubre 2025, se ubicó cercano al 60%, con picos que llegaron a superar el100% tal como se detalla en la gráfica.

Según los informes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el precio promedio del asado al consumidor en la Patagonia Norte se ubicó el mes pasado en $13.490 por kilo, con un incremento del 3,8% mensual. Esta variación fue menor al 5,2% registrado a nivel nacional, lo que explica en parte la convergencia de precios entre ambas regiones.

Causas y efectos de un fenómeno inesperado

Los especialistas consultados coinciden en que esta tendencia de precios tiene múltiples explicaciones. Por un lado, la mejora en la logística y en los canales de distribución ha permitido reducir costos en la comercialización de carne hacia el sur. El aumento de la competencia entre frigoríficos y cadenas minoristas también habría contribuido a este fenómeno. También podemos señalar la menor oferta de hacienda local producto de la sequía que viene afectando a muchos campos de la zona. Pero sin lugar a dudas, la flexibilización de la barrera sanitaria, que permitió el ingreso de asado del norte del país, fue uno de los factores determinantes de todo este proceso.

Por otro lado, el tipo de cambio real y los costos del transporte —que solían jugar en contra de los mercados patagónicos— se han estabilizado en los últimos meses, lo que redujo las brechas de precios.

El impacto en los consumidores es, al menos por ahora, moderado. Si bien los precios se mantienen altos en términos históricos de poder de compra del asalariado, el hecho de que la brecha regional se desplomó en los últimos meses es una buena noticia para los hogares del sur, que durante años pagaron un sobreprecio importante por la carne vacuna.

Un nuevo equilibrio regional

El fenómeno abre interrogantes sobre el futuro de la producción y el abastecimiento cárnico en la región. Para algunos especialistas, este acercamiento de precios podría incentivar una mayor demanda local y favorecer el desarrollo de nuevos polos de faena y distribución en el Alto Valle. Para otros, se trata de un movimiento coyuntural, dependiente de factores transitorios como los costos logísticos y la estacionalidad del consumo.

En cualquier caso, la convergencia de precios entre la Patagonia Norte y el resto del país representa un punto de inflexión histórico. Después de décadas de desigualdades, el asado —ese símbolo indiscutible de la identidad argentina— cuesta prácticamente lo mismo en Neuquén que en Buenos Aires. Un hecho que, más allá de su dimensión económica, tiene también un fuerte valor simbólico: el país se unifica, aunque sea por un rato, en torno a una de sus tradiciones más queridas.

Fuente: Redacción +P.

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