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Dato del INDEC: el asado registró un importante salto de precio

El precio del asado reflejó un importante salto de precio en estas últimas semanas. Eto se vio reflejado en los datos ofrecidos por el INDEC.

El precio del kilo de asado en las góndolas de supermercados y comercios especializados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Gran Buenos Aires (GBA) tocó en noviembre, en promedio, los 7.523 pesos, valor que refleja un salto del 4,6% respecto del mes anterior. Así lo confirma el informe difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en el que se destaca que el índice general de precios al consumidor (IPC) se ubicó en 2,4% para el mes bajo análisis.

En las principales ciudades de Neuquén y Río Negro estos valores para el asado perforaron el techo de los 13.000 pesos el kilo, un diferencial importante respectos los precios consolidaos en CABA y GBA. Pero volvamos a la estadística que nos ofrece el INDEC.

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En la gráfica adjunta se observa con claridad que noviembre fue el primer mes del año en el que el precio del asado pudo despegarse del IPC. Salvo en octubre, que tuvo índices similares, el resto de los meses del año los valores de este preciado corte de la clase media argentina se ubicó por debajo del IPC.

El contexto sin dudas determinó una pérdida real en el precio final del producto en góndola; una buena señal para el consumidor, pero no así para la actividad ganadera que tuvo que absorber gran parte de este quebranto.

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Los números son realmente terribles. El asado en lo que va del año creció -en precio- un tercio de los que lo hizo la media del IPC. Los restantes cortes, si bien mostraron un perfilamiento algo mejor, también terminan con números en rojo a un año del cierre de 2024.

Las causas de esta retracción de precios se da por tres causas bien definidas. La primera de ellas, una sensible caída del consumo. La demanda de carne vacuna viene cayendo en forma importante en los últimos meses tocando en noviembre mínimos históricos. Y con una demanda en retroceso, no hay forma de que los precios finales del producto tiendan a crecer. En segundo término está la mayor oferta volcada al mercado durante gran parte de 2023 y lo que va de 2024. Esta sobreoferta estructural en carne presionó a la baja los valores del producto. Ayudó a que esta situación no empeore, el crecimiento que tuvieron las exportaciones, que sirvieron para 'limpiar' algo del mercado. Y por último, la carne se enfrenta a una cambio de paradigma comercial, en relación a los cambios de los hábitos de consumo que enfrenta el mercado. Las familias cada vez comen menos carne vacuna. Y esto se da porque existen productos alternativos más económicos (como es el caso del cerdo y el pollo) y porque la alimentación "saludable-verde" se está imponiendo en ciertos segmentos de consumo.

Noviembre, ¿Punto de inflexión para el asado?

Tal como mencionábamos párrafos arriba, el precio de asado mostró un fuerte salto durante el mes pasado al compararlo con el IPC general. Este diferencial no se vio tan nítidamente en la mayor parte de los cortes de carne vacuna puestas a disposición del consumidor.

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La estadística oficial muestra, en definitiva, que el gran ganador durante el mes pasado fue el asado, con valores que se ubicaron por encima del IPC y del resto de los cortes de carne que se pueden encontrar en las góndolas.

Para algunos analistas, los precios tenderán a recuperarse en esta última parte del año y no hay que descartar que esta suba se sostenga en parte del 2025. Pero esto también tendrá que ver con la evolución que tenga el tipo de cambio en el país. Hoy con una divisa que crece por debajo de la inflación, los costos en dólares crecen en forma sostenida.

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Como refleja el infograma adjunto, en noviembre el precio del asado -en dólares- alcanzó valores máximos del año. De mantenerse esta tendencia, las cotizaciones en moneda dura dentro del mercado local podrían seguir creciendo en 2025 llegando al punto extremo de competir con los valores logrados por nuestra oferta exportable, pudiendo, en este punto, ser más negocio para los frigoríficos volcar estás toneladas, que hoy se destinan al exterior, hacia el mercado interno. Esto volvería a generar una sobreoferta en el mercado, generando presión sobre los precios a la baja.

En relación al consumo, los comentarios son algo más pesimistas. Hay que recordar que el consumo per cápita de carne vacuna en Argentina llegó a 47,2 kilos por habitante por año, marcando el nivel más bajo en 28 años, según un informe presentado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). Este promedio, correspondiente al período enero-octubre de 2024, refleja una caída del 11,2% en comparación con el mismo período del año anterior. La cifra sitúa el consumo de carne vacuna muy por debajo de los niveles históricos, impactando significativamente en los hábitos alimenticios de la población.

"El consumo interno está deprimido como todo el consumo en general. Con una diferencia que es muy notoria. El sector de carne vacuna, es de todas las proteínas animales, la más cara. Hoy con el valor de un kilo de carne vacuna se compran 3 kilos de pollo o se puede comprar dos kilos de cerdo", confió Miguel Schiariti, titular de CICCRA. Una frase que resume con claridad la situación del mercado de carne vacuna de la Argentina.

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